francisco camas sánchez. delegado de urbanismo

"No es ortodoxo escudarse en los puestos de trabajo para saltarse la ley"

  • El edil asegura que los retrasos de las licencias se deben en muchas ocasiones a la falta de diligencia de los interesados

  • Confía en el entendimiento entre vecinos y bares de las zonas ZAS

El edil Francisco Camas, en la sala de reuniones de la Delegación de Urbanismo.

El edil Francisco Camas, en la sala de reuniones de la Delegación de Urbanismo. / reportaje gráfico: miguel ángel gonzález

-¿Por qué el Ayuntamiento tarda tanto tiempo en conceder licencias, ya sea de obras o de apertura?

-El Ayuntamiento emitió el año pasado 350 licencias de las que el 50% fueron licencias exprés. Las que requieren de mayores exigencias burocráticas como es la calificada dentro del casco histórico y con necesidad de reforma, si todo se hace correctamente, su concesión no debe tardar más de cuatro meses, es decir, que se entregue la documentación con rapidez, que no haya alegaciones... Pero esto ocurre difícilmente porque siempre surge algún inconveniente a la hora de entregar documentación, en la petición de datos y demás. Por lo tanto, cuando un interesado quiera abrir un negocio, tiene que ser consciente de que debe buscarse un buen asesor que conozca la dinámica administrativa porque le va a facilitar mucho las cosas. En cuanto a las no calificadas, la concesión de licencias no tiene que tardar más de un mes, siempre y cuando se cumplan los preceptos. En las licencias de obras menor son 10 días y la licencia exprés es automática. Yo no quiero echar balones fuera ni eximir de responsabilidades a Urbanismo pero todo va mejor si se cumple con lo preceptivo, si se entrega toda la documentación y se atienden rápido os requerimientos que se hagan desde el Ayuntamiento.

-Pero la sensación desde fuera es la contraria, que es la Delegación de Urbanismo la que ralentiza todo el proceso...

-Eso ocurre porque es muy llamativo cuando surge un caso en el que los plazos se alargan en el tiempo y se denuncia. No dudo de que en alguna ocasión pueda ser responsabilidad nuestra pero también lo es en muchas ocasiones del propio solicitante. Por ello, insisto en la importancia del asesoramiento para hacer más ágiles los procedimientos.

-Parece generalizada la apertura de negocios sin tener la correspondiente licencia. ¿Cómo se puede actuar frente a este comportamiento?

-Efectivamente, hemos detectado casos en este sentido. Estamos por la labor de que la disciplina urbanística tenga contenidos por varias razones, la fundamental es que es obligado por racionalidad, por gestión pública óptima y por respeto hacia los que sí cumplen con la ley. Puede haber algún caso al que le haya interesado más abrir el negocio y pagar una multa que cumplir con sus obligaciones. Y para mí es una defensa espuria la de escudarse en la pérdida de puestos de trabajo para eludir responsabilidades. Dicho esto, no hay otra voluntad por parte del gobierno que facilitar al máximo todo tipo de solicitudes de licencia para generar economía. Pero también he de decir que este es un problema generalizado en todas las ciudades. Me consta que en Sevilla se tarda entre un año y un año y medio en dar una licencia. Pero, en definitiva, tiene que haber voluntad entre las dos partes, la administración y el interesado.

-¿Y por dónde pasa la solución? ¿Más inspecciones? ¿Más multas? ¿Más personal en el departamento de licencias?

-Estamos siendo flexibles y sensibles porque el sector de la hostelería está en un momento dulce. Tenemos que buscar el equilibrio pero también tenemos que hacer frente al posible abuso. Un ejemplo, hay veladores que se exceden del espacio permitido de manera alarmante y eso no puede ser. En este aspecto, he de resaltar la importancia que tiene el asociacionismo para tener un interlocutor con este tipo de problemas en particular y con cualquier negociación en general. Esta es una mesa con tres patas fundamentales: los empresarios, la administración y los vecinos.

-¿En que situación se encuentra la modificación de la ordenanza de veladores?

-Existe un texto que hay que actualizar y retomar a día de hoy; de hecho, en ella está regulada las zonas ZAS (Zonas Acústicamente Saturada). La actividad económica pasa por el turismo y la dinamización cultural por lo que es vital saberlo gestionar. La política no puede hacerse de manera unilateral sino que tienen que participar e intervenir todas las partes. La administración debe marcar filosofías y estrategias pero necesita colaboración de las demás partes. Eso pasa igual con la limpieza que no solo es cuestión de más recursos económicos para el servicio sino también que el ciudadano ensucie menos.

-Ya que se ha referido a las zonas ZAS hablemos de ellas. Empecemos por el principio, ¿por qué el gobierno local adoptó la decisión de declarar tres enclaves del centro como zonas acústicamente saturadas?

-Se decide aplicar esa figura porque era una demanda de los vecinos de estas zonas.

-Hace unos días, una entidad comercial señaló que los establecimientos de las zonas ZAS habían despedido al 50% de su plantilla por la aplicación de esa figura. ¿Se cree esa cifra?

-La pérdida de un solo puesto de trabajo es importantísima pero argumentar la pérdida de puestos de trabajo para eximirse de responsabilidades no me parece ortodoxo. Los datos que manejo no son coincidentes con esta estadística.

-¿Y cómo resolvemos la problemática generada en torno a la aplicación de esta figura?

-Los vecinos tienen derechos y los exigen; y los bares tienen sus derechos y también los exigen. Por lo tanto, a la administración le corresponde hacer los equilibrios para hacer compatibles ambos derechos. Y ambos miran al gestor público y les advierte de que puede acabar llevándolo al juzgado si no lo hace. La declaración de las zonas ZAS está siendo un aprendizaje interesante para todos, en primer lugar, para los vecinos, que ven sus derechos y ven la realidad socioeconómica de la ciudad por lo que pueden moderar sus exigencias; es también para los bares porque no calcularon bien que, cuando solicitaron zonas ZAS para que no hubiera más negocios, no cayeron en que la ley dice que hasta que no se declarase podrían seguir dándose licencias. Pero hay que decir en favor de los empresarios que hay quienes han llegado a pagar la insonorización de una vivienda por lo que la voluntad de convivencia es clara. Y también hay que decir que hay vecinos con una actitud colaborativa manifiesta. Pero, si hay un solo vecino disconforme, tenemos que atender y actuar ante sus reclamaciones. Por lo tanto, es un problema con tres patas y todo pasa todas por la convivencia y la cooperación. Convivir es complicado pero en Jerez estamos viviendo un momento muy bueno por la gran afluencia de visitantes; ya se lo dije a los hosteleros en una mesa: el éxito hay que gestionarlo, al igual que fracaso. Por eso es bueno que todas las partes participen y que haya interés por confluir para que esta ciudad avance.

-¿En qué punto se encuentra el intento de diálogo entre vecinos, bares y Ayuntamiento?

-Ha habido un recurso sobre la declaración de la zona ZAS que está pendiente de resolverse. Mientras, el Ayuntamiento ha emitido un bando que permite ampliar los horarios con motivo de las Fiestas de la Vendimia que creemos que puede ampliarse a otras fechas puntuales. Pero seguimos buscando puntos de encuentro porque, desde el punto de vista técnico, la zona ZAS no se puede derogar a día de hoy. Todo pasa porque vecinos y bares busquen la mejor solución posible. En este procedimiento hemos atendido a todas las partes, no le hemos vuelto la cara a nadie y ha habido dificultades como las pintadas, que no favorecen la convivencia sino que atrinchera más las posiciones y se pierden las reglas del juego. Pero hay que decir que el expediente administrativo es absolutamente limpio y perfecto; no tiene fisuras.

-¿Pero hay posibilidad de flexibilizar esta figura?

-Hay dos cosas. La ley hay que cumplirla pero también es importante que esta favorezca la convivencia. Es una experiencia para todos y eso es lo importante para mí porque genera conciencia de lo colectivo. Hasta no hace mucho, los conflictos eran frontales, de compraventas, de exigir y te doy más y de no dar cuando no se exigía. Ese modelo en la política ya no existe, ya no cabe el favoritismo en la administración ya que la lupa pública es muy grande. Estamos en nuevo modelo de gestión de lo público.

-¿El gobierno prevé declarar nuevas zonas ZAS?

-Hay peticiones de nuevas zonas pero tenemos que estudiarlas y sopesarlas antes de declararlas.

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