Jerez

Los pedagogos: ¿Un debate cerrado o transformar un calendario "irracional"?

  • Expertos discrepan sobre un calendario vacacional tan concentrado en el verano y la Navidad

"Es un problema de clima y de cultura, pero que podría solventarse. Pedagógicamente, no es bueno que un niño pase un tiempo tan prolongado fuera de la dinámica escolar. Tras el verano, hay que pasar casi un trimestre refrescando los conocimientos adquiridos en el curso interior, del mismo modo que no tiene sentido que el segundo y el tercer trimestre se encojan o se agranden dependiendo de un calendario lunar, que es el que marca las vacaciones de Semana Santa. Es un calendario irracional. Es verdad que en los colegios hace mucho calor en verano, pero esto podría solucionarse invirtiendo en aparatos de aire acondicionado o plantando más árboles en los patios". Esta es la visiónde uno de los históricos de la pedagogía andaluza, Francisco Poveda, inspector de Educación en Cádiz. Para Poveda, este sistema tiene otras fuga. "Aunque se cuenten como días lectivos, las semanas previas a las vacaciones de verano y de Navidad, con las evaluaciones ya terminadas, son de desconexión tanto de los alumnos como de los profesores. De hecho, en Secundaria, la mayoría de los alumnos ni siquiera acuden a clase".

Luis Núñez Cubero, catedrático de Teoría de la Educación en la Universidad de Sevilla, no es de esta opinión. "No me interesa cuánto van a durar las vacaciones sino que el alumno dedique ese periodo a realizar actividades que no lleva a cabo en la escuela", explica este catedrático de la Hispalense, para quien "el verano es una magnífica oportunidad para que el niño se enfrente a experiencias que por su configuración es difícil que las viva en el colegio, ya que ahí asiste a actos programados. Es conveniente que una persona se adapte a una rutina, porque la mayor parte de su vida va a ser así, pero también es bueno que el niño vaya aprendiendo que hay situaciones inesperadas ante las que ha de reaccionar".

En este sentido, Luis Núñez habla de actividades de ocio que también son necesarias para la formación del niño, así como de hacer "vida familiar". "Interesa que el niño pase estos meses muchos momentos de convivencia con sus seres más cercanos, ya que durante el curso son pocos de los que disfruta". Para este catedrático, "los padres deben evitar que el niño se aburra durante las casi doce semanas que duran las vacaciones, por lo que han de establecer unos objetivos con el fin de que el niño aproveche el máximo tiempo posible en aprender conocimientos que son complicados de asimilar en el colegio".

A este respecto, aclara que "no es del todo conveniente" que al niño se le sobrecargue con cuadernillos de actividades relacionadas con asignaturas que estudia durante el curso, a no ser que esté pendiente de aprobarlas.

En cuanto a la influencia de tener más días lectivos sobre la formación académica, Núñez coincide en los estudios expuestos anteriormente: "No hay una relación directa entre las horas dedicadas a la enseñanza y la calidad de la misma".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios