La mayoría de los coworkers no son leales a sus coworkings. A estos inquilinos les gusta rotar entre centros y ubicaciones con frecuencia. Al igual que irse de ruta de tapas para degustar distintos sabores y conocer nuevos establecimientos, lo mismo pasa con los coworkers. SKEPP te relata en este artículo el porqué del “picoteo de coworkings”.

Los centros de negocios actuales se identifican por la convivencia de profesionales de sectores muy diversos. Pero es también es cierto que en muchas ocasiones destaca más un perfil empresarial que otros. Esto a veces crea “guetos” profesionales, lo que hace variar a los coworkers entre coworkings donde su profesión se la dominante.

No todos los giros son gremiales, también se pueden dar porqué busquen convivir con su público objetivo, siendo esta una manera de captar más audiencia. Hay factores claves que nos indican que tipo de personas habitan los coworkings como la ubicación, el diseño o el precio.

Pero ¿cómo se pueden permitir los inquilinos rotar con tanta frecuencia? El factor clave es la duración de la estancia. Los contratos no establecen permanencias, puedes comprar pases de un día, de una semana, de media jornada o de un mes. Lo habitual es que deposito sea muy poco o inexistente. Esto es muy relevante para autónomos que a la vez son coworkers y su salario depende de los proyectos que tenga cada mes. Además, debido a estos tiempos de incertidumbre no sea de extrañar que muchos busquen esta flexibilidad.

Las tarifas son muy bajas, de hecho, la mayoría de coworkings ofertan entre un día o una semana de prueba. También suelen haber rebajas para coworkers que vienen por la recomendación de una amistad que ya sea usuario de ese coworking, o reducciones por tratarse de grupos. Incluso algunas compañías están creando paquetes que incluyen la entrada a varios centros por precio establecido, pero menor que recurrir al arrendamiento individual.

Coworking del Carrer de Creu dels Molers 19 de Sants en Barcelona

Una de las características básicas de los coworkings es la socialización ya sea mediante eventos o actividades conjuntas para crear una sensación de pertenencia a la comunidad coworking. El COVID-19 ha hecho que desaparezcan todo este tipo de celebraciones. Sin embargo, su vertiente online ha crecido notablemente desde clases de yoga hasta webinars formativos.

Al cambiar de coworking también se cambia de ambiente por lo tanto se puede conocer a gente nueva, participar en cosas dispares, generar mejores ideas, crear colaboraciones, entender distintos puntos de visitas o explorar los diversos barrios de la ciudad.

Cada coworking es un ecosistema y forma parte de uno te hace unirte tanto a una filosofía como una cultura distinta. Encontrarás coworkings con agendas a rebosar y una comunidad muy activa, mientras que en otros sus usuarios se caracterizan por la paz y la tranquilidad.