Las trabajadoras de Acasa, concesionaria municipal del servicio de ayuda y asistencia a domilicio, han quemado este lunes ante las puertas del Ayuntamiento de Jerez de la Frontera el ataúd que portaron la semana pasada por las calles del centro, en cuyo epitafio acusaban a la exalcaldesa socialista, Pilar Sánchez, de «matar» el servicio y a la actual regidora popular María José García-Pelayo de «enterrarnos».

La protesta ha transcurrido delante del Consistorio jerezano y ha reunido a un grupo de empleadas y del comité de empresa, en representación de las 450 trabajadoras que integran la plantilla, para reclamar el pago de las dos últimas nóminas de octubre y noviembre, ya que continúan sin saber cuándo se les ingresará el dinero de la transferencia realizada por la Junta de Andalucía.

La alcaldesa anunció la pasada semana que la Administración andaluza ya había firmado la resolución de la transferencia que habitualmente costea la mayor parte de los salarios, correspondiente a los meses de noviembre y diciembre, y que «en los próximos días» las trabajadoras iban a cobrar.

Además de cortar el tráfico y concentrarse a las puertas del Ayuntamiento a diario desde hace más de un mes, hace dos semanas las trabajadoras interrumpieron el Pleno municipal para exigir soluciones a la alcaldesa, después de encadenarse al Belén Municipal y empapelarlo con carteles reivindicativos.

Más de 450 personas, en su mayoría mujeres, prestan sus servicios en esta concesionaria municipal, cuya media de salarios no supera los 800 euros.