Memoria de Cáritas Diocesana de Asidonia-Jerez

La pobreza sale de las zonas marginales y se dispersa por todas las barriadas

  • Cáritas atiende a 12.400 jerezanos en 2015 y advierte que cada vez recibe más solicitudes de ayuda. Dice que la intensidad del proceso de recuperación “no es suficiente” para reducir estas cifras.

La pobreza no da tregua. A la ya consabida cronificación, fruto de los largos años de crisis, la memoria de Cáritas del pasado año, presentada ayer en el Obispado, aporta ahora otro factor preocupante: la pobreza ha dejado de ser un problema exclusivo de los barrios marginales y se ha dispersado por toda la ciudad. De hecho, aunque el 37% de las familias que son ayudadas por Cáritas procede de zonas deterioradas, el resto viene de barrios que están en buenas condiciones. Además toman protagonismo nuevos rostros.

A Cáritas ya no sólo acuden personas pertenecientes a hogares en los que la acumulación de problemas provoca una realidad cotidiana difícil, aunque siguen siendo las más numerosas (el 62%) sino que además el 38% proviene de hogares en los que no existe dicha problemática, en los que suele haber ingresos y con una composición familiar muy heterogénea. “Es verdad que las personas y familias que acuden a Cáritas se encuentran en su mayoría en el espacio de exclusión más severa, pero también existe un grupo relevante que acude a nosotros por la aparición de un problema puntual debido a un proceso de precarización”, señaló el director de Cáritas, Francisco Domouso.  Acompañado por el obispo José Mazuelos, incidió ayer, más allá de las cifras, en que las desigualdades se siguen incrementando y en que en base a los datos de pobreza, desigualdad y desempleo disponibles “podemos afirmar que la intensidad del proceso de recuperación no va ser suficiente para reducir estas cifras a la misma velocidad con la que se incrementaron. Y es que aunque la pobreza comienza a descender, lo hace de forma muy limitada”.

 

Cáritas Diocesana de Asidonia-Jerez atendió el pasado año a 27.394 personas de forma asidua, de las que 12.400 pertenecen al término municipal de Jerez y 11.586 son de la zona urbana. En este sentido, Domouso señaló que cada vez se reciben más solicitudes de ayudas desde distintos sectores de la población, no sin recriminar que ha habido una dejación de las Administraciones para atender estas necesidades, trasladando el peso  de la asistencia a las entidades sociales. Pero como ha repetido en más de una ocasión, Domouso insistió en que con los recursos de los que dispone Cáritas es imposible hacer frente a toda la demanda. “No podemos, lo que en ocasiones puede provocar incomprensión, pero tenemos que seleccionar mucho la forma de aplicar esos recursos y nos estamos centrando en una atención más integral y personalizada”.

 

Y un año más se constata la especial incidencia de la pobreza en la mujer: un 71,9% de las personas atendidas frente al 28,1% de hombres. En relación a la nacionalidad, el 92% de los que acuden a Cáritas son españoles y en su inmensa mayoría de nuestra zona y en cuanto a la edad, el 95% son menores de 65 años siendo el tramo de edad más numeroso el comprendido entre los 35 y los 49 años (el 45%). Por otro lado y pese a que el nivel de formación de las personas que acuden a Cáritas es inferior al de la población en general, el analfabetismo se limita al 4% y los estudios primarios incompletos alcanzan el 35%.

 

En cuanto a las principales demandas de las familias, los datos no presentan variaciones con respecto a la memoria de 2014. El primer lugar lo ocupan las necesidades básicas, especialmente la alimentación (el 57%), seguidas del empleo y la formación (el 45%) y la escucha, ayuda e información (el 38%). 

 

Durante 2015 Cáritas tuvo unos ingresos de 2.823.151 euros, de los que sólo el 20% corresponde a subvenciones públicas, que han ido bajando con respecto a otros años un 16 % y donde se incluye la aportación del IRPF. En este sentido, Domouso puso especial énfasis en que la mayor parte de los recursos proceden de los socios y donantes (736.182 euros, el 26%), de las colectas (410.717 euros, el 14,5%), alimentos en especie (538.158 euros, el 19%) y las subvenciones privadas (196.705 euros, el 6,5%), que han experimentado un importante crecimiento, del 150%. Todos estos recursos fueron invertidos en su mayor parte en la acogida a las familias (1.703.651 euros, el 60%) y en los programas relacionados con el empleo (372.430 euros, el 13%). Y es que junto a la acogida, Cáritas Diocesana trabaja en diferentes áreas, desde mayores a infancia y juventud o personas sin hogar, pero muy especialmente en el del empleo, ámbito en el que se atendieron a 556 personas. Durante 2015 se consiguió insertar de manera directa a 16 personas con contrato de trabajo y de las 498 que participaron en acciones de orientación laboral, se consiguió que se reinsertaran 37. Por otro lado, durante el pasado año Cáritas contactó con 90 empresas de toda la Diócesis y se realizó ‘Formación en el Puesto de Trabajo’ con 30 empresas, programa en el  que participaron 58 personas. El perfil de los que acuden al servicio de empleo de la institución es el de personas con menos de 35 años en el 46,4% de los casos y con un nivel formativo bajo o muy bajo, en un 51,7%.

 

Domouso abogó por la implantación de políticas activas de empleo y lamentó que Jerez haya perdido los equipos de soldadura del centro de formación de San Juan de Dios, una retirada que acaba con 30 años en formación de soldadores. Criticó igualmente que tener un puesto de trabajo hoy en día no significa estabilidad ni que se den las condiciones para salir de la pobreza debido a la precariedad del empleo. 

 

Tras la presentación de la memoria, el obispo realizó un llamamiento para recuperar “el bien común”, aunque no obvió que en un contexto de elecciones, “lo que se busca sobre todo es el voto. Esperemos que después del 26 de junio, todos se sienten por ese bien común. Estas cifras que se presentan no son para echarlas en cara unos a otros, sino para trabajar juntos”. Mazuelos afirmó que “no se puede permitir que haya un hogar en el que no entra ningún ingreso y que haya personas en la más extrema pobreza. También hay que buscar fórmulas para potenciar el empleo joven”.

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