La cita es hoy a la hora del Ángelus. A las 12 sonará una marcha en el Villamarta, señal inequívoca de estamos en el Domingo de Pasión. El nombre del día es José Antonio Zarzana, un amargurista más que subirá al escenario para proclamar lo que sucederá dentro de una semana. Y lo hará 30 años después de que su padre pregonara la semana mayor en 1981, un día en el que su progenitor triunfó con un estilo que marcó una tendencia. Pese a correr por sus venas la misma sangre, José Antonio nos ofrecerá hoy algo diferente.

Como ha venido avanzando, su estilo y forma de pensar en cofrade se reflejará en lo que dirá desde las 12,30 horas aproximadamente. Su canto será sobre todo lírico pero con una prosa a la que habrá que estar atentos por lo mucho que desea compartir con los cofrades. Un pregón que se aventura muy actual con inspiraciones que a cualquiera le daría algo de temor usarlas, pero que José Antonio ha querido tomar con valentía.

Al pregonero le presentará su padre, una introducción ciertamente complicada, como reconoce el propio José Luis, que vive con expectación una jornada de suma importancia personal para él y para toda su familia, no en vano se hace realidad algo que nunca esperó, su hijo pregonero de la Semana Santa. Sonará Amargura de Beigbeder con el telón abajo antes de la presentación. Le seguirá otra marcha del genial compositor jerezano, Cristo de la Expiración, la marcha que se hizo imprescindible en este acto desde que José Luis Zarzana la usara en 1981 por primera vez. Y antes del pregón, se oirá una de las composiciones más hermosas de don Germán, Desamparo.

Como decoración, además del repostero de la Unión de Hermandades, estará la primitiva cruz de guía de la Amargura, la primera que tuvo la cofradía, que es de tipo arbóreo. Nunca ha estado en el Villamarta y se da la circunstancia de que, con esta elección, por el teatro habrán pasado todas las cruces que posee la hermandad. Más de 1.200 personas llenarán el teatro, que volverá a colgar el cartel de completo. El pregón se venderá a la salida para destinar lo recaudado a una obra de caridad.