Manuel Moreno Peña ‘Manuel de Cantarote’ rompe con el prototipo de cantaor que la historia ha ido modelando. A punto de acabar “la carrera de abogao”, que diría Agujetas, este joven jerezano de La Asunción, que pronto cumplirá 24 años, sabe desde muy niño cuáles son sus metas, unas metas que ha sabido ir consiguiendo sin perder la cabeza, dando pasos cortos y sobre todo preparándose, tres lemas que lleva a rajatabla. Su reciente triunfo en el concurso de talentos de la Fundación Cristina Heeren le abre las puertas de una nueva dimensión, que espera y anhela con los pies en el suelo.

–¿Ha asimilado este premio?

–Voy poco a poco, porque ha sido un subidón. Date cuenta que el ganador se anunció a las diez, y a los pocos minutos ya tenía un montón de mensajes. Sinceramente, no esperaba que tuviera tanta repercusión porque ha habido gente que me ha parado por la calle, por no hablar de las redes sociales, donde ha sido una locura.

–¿Qué es lo que más le ha impresionado? ¿La repercusión?

–Sobre todo que me valore gente como Juan José Amador, José de la Tomasa o Esperanza Fernández, porque son maestros, y que ellos te concedan el premio, hace que te sientas orgulloso.

–¿Por qué se presentó?

–Pues mira, fue durante el confinamiento, vi la oportunidad y decidí inscribirme, y eso que no soy de concursos porque me considero un cantaor calentito, de los que necesita al público para irse arriba.

–¿Fue peor la semifinal o la final?

–La semifinal porque para mí era una cosa nueva y además, me tocó cantar en la segunda tanda, y claro, cuando escuchas el nivel, y ves que hay calidad, más te cuesta. En la final ya me lo jugué todo, porque ya que estás ahí, vas a por todas.

–¿Habrá un antes y un después en su carrera después de esto?

–Yo creo que sí. Creo que este reconocimiento supone un paso más, y aunque todavía me queda mucho que aprender, creo que esta posibilidad me va a permitir adquirir una experiencia y un conocimiento importante. Es como nacer otra vez pero en el flamenco, porque ahora habrá mucha gente que se interese por saber quién soy.

El joven cantaor, en el corazón de La Asunción.

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–Además, esta beca que me dan en la Fundación Cristina Heeren me va a permitir aprender muchísimo de los maestros, cosas que por mí mismo sería más complicado.

–Usted cantó por primera vez en una peña en Antonio Chacón en 2013. ¿Ha pasado muy deprisa el tiempo?

–(Risas) La verdad es que sí. Debuté en el Festival de Jerez, con un recital en Chacón donde compartí cartel con Juanillorro y mi primo Juan Flores. A partir de ahí he tenido la suerte de estar en Los Viernes Flamencos, la Fiesta de la Bulería, en la Navidad de Villamarta, en el concurso de saetas de la Buena Gente....No me puedo quejar.

–Para los que no le conozcan, ¿quién es Manuel de Cantarote?

–Pues Manuel de Cantarore es un niño de La Asunción que siempre ha jugado a ser artista. Me iba a las cinco a la tarde al polideportivo y después de jugar al fútbol, nos poníamos a cantar. Además, por mi familia, siempre he estado rodeado de artistas, date cuenta que nosotros cualquier bautizo, cualquier boda o cualquier celebración ha acabado en fiesta.

–Su padre es un gran aficionado y eso al final llega...

–Claro, mi padre es una persona que muere con el flamenco y siempre ha estado ligado a él, con la Peña Fernando Terremoto, con la Buena Gente, con la Bulería, con Los Cabales....Y al final, en mi casa siempre hemos escuchado flamenco, en los discos, en la tele....

–¿Y le exige mucho el patriarca de la casa?

–(Risas) La verdad es que sí, me busca siempre los fallos, pero bueno, eso también me ayuda para seguir mejorando. Luego sé que él se siente orgulloso de su hijo.

–Lo de Cantarote es por su abuelo...

–Sí, por mi abuelo José. La familia de los Cantarotes somos muchos. Somos de Santiago pero en nuestro caso, mi abuelo se vino para La Asunción y aquí nació mi madre, y bueno, ya somos de La Asunción, que llevo a gala.

–¿Levanta la cosa con este dichoso Covid?

–Poco a poco. En mi caso, se me han caído muchas cosas, porque tenía el verano repleto de festivales y peñas. Ahora poco a poco van saliendo actuaciones, en agosto y septiembre ya tengo cinco o seis cosas, y en este final de julio,no me quejo, de hecho ahora voy a hacer un recital online para Japón. Viendo de dónde venimos, hay que darse por satisfechos.

–¿Cómo ha vivido usted estar confinado?

–Mal, para que voy a engañarte. Soy una persona a la que le encanta salir y esto de quedarse en casa, lo he llevado regular. Eso sí, me he hartado de escuchar a Terremoto, Chocolate y Agujetas, que son cantaores que me encantan. En ese aspecto, creo que me ha ayudado a perfeccionar muchas cosas.

–Usted ha tenido un recorrido por las peñas desde que debutó, ¿cree que hay un circuito apropiado para la juventud?

–Creo que no. Primero estoy en contra de toda esa gente que dice que el flamenco se va a perder, porque gracias a Dios Jerez tiene una cantera de jóvenes muy buenos que están labrándose su futuro. María Terremoto, Manuel de la Nina, Enrique Remache, Rafael El Zambo, Joselito El Berenjeno....Hay gente muy aficionada, que tiene ganas y a los que se debería apoyar más. Está claro que estando gente como tío Capullo, Luis Moneo, Luis El Zambo o Vicente Soto, debemos seguir apoyándolos pero sin dejar de lado a los jóvenes. Al final, nosotros somos el futuro de esto, por eso un poco más de apoyo, no estaría mal.