Otra de las consecuencias que conlleva sumarse a las medidas para tratar de mejorar la situación financiera es que el Ayuntamiento perderá parte de su autonomía en la gestión económica municipal. En el plan de ajuste, se detalla que el Ayuntamiento se ve obligado a cumplir con la condición de que el Ministerio de Hacienda deberá dar el visto bueno a la previsión de ingresos y gastos que haga cada año la administración local. Así, este organismo deberá elaborar un "informe previo y vinculante".

Asimismo, el Ayuntamiento no tendrá libertad para disponer de los ingresos estatales pues deberá utilizarlos para los pagos que determina el Real Decreto que regula este tipo de ayudas. En él, se indica que este dinero tiene que ir destinado a pagar a los acreedores públicos (Tesorería de la Seguridad Social y Agencia Tributaria) tanto el corriente como el débito de años anteriores. Además, deberá reservar una cuantía para pagar los préstamos que ha concertado desde el año pasado para liquidar facturas con proveedores. De hecho, el Ayuntamiento no ha podido hacer frente a ninguna de las devoluciones de este crédito, arrastrando ya un débito que ronda los 14 millones de euros.

Otro condicionante que deberá asumir el Ayuntamiento es que no podrá concertar ninguna operación a largo plazo durante, al menos, los próximos 10 años. Precisamente, las últimas operaciones de este tipo que se le permitirá acordar con las entidades bancarias serán negociadas en los próximos meses. La primera de ellas será una que rondará los 50 millones de euros y que se espera devolver en un plazo de 20 años. Esta cuantía servirá para convertir en deuda a largo plazo una decena de créditos con cinco entidades bancarias que se han ido renovando anualmente.

Por otro lado, se prevén contactos con los bancos para concertar un préstamo de unos 18,5 millones de euros aproximadamente para financiar parte del remanente de tesorería negativo, un saldo que muestra al final de cada ejercicio la solvencia o capacidad económica que tiene una administración para afrontar sus deudas. 2012 cerró con un negativo de más de 218 millones de euros.