Orientaciones y estrategias de psicología

La psicomotricidad y el control de las actividades corporales

  • Dentro de las habilidades motoras que debemos desarrollar para facilitar nuestra relación con el entorno y desarrollar una personalidad equilibrada y un correcto nivel cognitivo o intelectual y afectivo, se encuentran las llamadas 'sincinesias'

Debemos tener en cuenta que en el desarrollo de cualquier ser humano no sólo es el cerebro y las actividades cognitivas las que tienen una influencia sobre nuestro cuerpo, dirigiéndolo o controlando, sino que también nuestro cuerpo ejerce una influencia directa sobre el desarrollo de nuestro cerebro, enviándole multitud de información y estimulando su desarrollo. La relación que establecemos con el mundo y con las personas de nuestro entorno va a depender del control que tengamos de nuestro cuerpo, por lo que desde edades muy tempranas el desarrollo motor va a estar ligado con el desarrollo afectivo e intelectual. Es por esto por lo que la psicomotricidad, el control de la actividad corporal o motora tiene una importancia capital, llegando a desempeñar un papel fundamental en el desarrollo armónico de la personalidad. Por todo ello no debemos separar estas actividades o tareas corporales que principalmente se practican a través del juego de las tareas que entendemos como más académicas o intelectuales.

Algunos ejercicios que podemos practicar con los menores para mejorar su desarrollo psicomotor y por tanto intelectual son los ejercicios de ritmo. Podemos pedir al niño que de palmadas, siguiendo el ritmo que le marcamos, contando hasta dos y palmada o mientras escuchamos una canción. Otro tipo de ejercicios son los de coordinación y agilidad general, haciendo que el niño acentúe los movimientos de los brazos de forma rítmica y exagerada mientras que anda, ejercicios de salto, saltando hacia arriba, hacia delante o hacia atrás o hacia los lados, saltando sobre los aros. También podemos practicar con los niños ejercicios para la mejora del esquema corporal, como por ejemplo pedir al menor que gire los brazos en sentidos diferentes, mientras que uno va hacia delante el otro va hacia detrás.

Ejercicios de equilibrio, como mantenerse de puntillas el mayor tiempo posible o caminar sobre una línea marcada en el suelo.

No debemos olvidar ejercicios de control manual, como hacer que el niño que tiene la mano extendida sobre la mesa tenga que levantar el dedo que le señalamos o tocar con el dedo pulgar el resto de los dedos de la mano. Y los ejercicios de lateralización en los que el niño, por ejemplo, tiene que tocar su oreja derecha con la mano izquierda, o con su mano izquierda tocar el pie derecho.

Dentro de estas habilidades psicomotrices tiene especial importancia las sincinesias o dificultades en el control del movimiento de determinados grupos musculares.

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