Participación ciudadana

La radiografía social del barrio

  • Los consejos de distrito tendrán más miembros para que ningún grupo social se quede sin representante

Fue hace casi un año, en julio de 2007, cuando tras tomar posesión como delegada de Participación Ciudadana, Míriam Alconchel dijo que uno de los principales objetivos consistía en "reordenar y completar los órganos de participación de la ciudad". Alconchel reconoce que Jerez es una ciudad con tradición en temas participativos, tradición que se ha expresado principalmente en organismos donde comparecen principalmente representantes del Ayuntamiento y del mundo asociativo (asociaciones de vecinos). La concejala Alconchel apunta que "no siempre estos órganos operan de manera consecuente con su finalidad primordial, la de servir de cauce e instrumento para que la ciudadanía ejerza el derecho que las leyes le atribuyen".

Alconchel y su equipo de técnicos no dudan en reconocer que su modelo "es muy simple" pero con un inconveniente: "Su materialización es compleja. En términos más llanos, allí donde el Ayuntamiento tiene algo que hacer, debe instituirse un espacio abierto a la ciudadanía para contarlo, para escuchar propuestas y para rendir cuentas de las decisiones que, con las ideas puestas sobre la mesa de unos y otros, finalmente se adopten".

Este planteamiento es el que va a llevar a la creación de los futuros Consejos de Distrito. Desde la perspectiva que defiende la delegada de Participación, "si este gobierno se ha empeñado en avanzar hacia un nuevo modelo de organización municipal en distritos, es porque ha decidido también que habrá políticas municipales concretas que van a desarrollarse en cada distrito. Por tanto, se generan nuevas oportunidades participación ciudadana que, para encauzarla, requieren estos nuevos organismos que serán los Consejos de Distrito".

Alconchel considera "curioso" que anteriores gobiernos locales mantuvieran relaciones con colectivos "pero sin instituir espacios regulados y estables de participación ciudadana en el territorio. Al contrario de lo que se ha hecho en otros ámbitos de actividad municipal, tales como las políticas sociales, de mujer, de mayores, etc., donde existen desde hace años consejos sectoriales, para lo territorial se han preferido siempre las relaciones bilaterales con los interlocutores sociales. No ha habido nunca ningún espacio público desde donde visualizar la actividad municipal territorial en su conjunto".

Una de las grandes novedades destacables en el reglamento de estos Consejos de Distrito radica en los criterios que se establecen para determinar su composición. A este respecto, el reglamento introduce un concepto nuevo al hablar de los sectores ciudadanos que deben formar parte de estos órganos, considerando que deben estar presentes "todos los actores colectivos socialmente significativos" del territorio. Esto quiere decir que, además de la lógica presencia de las asociaciones vecinales, se buscará expresamente la incorporación de todos los colectivos sociales con especial implantación en cada distrito (mujeres, mayores, jóvenes, entidades culturales, recreativas, deportivas, comerciantes, inmigrantes, etc.).

Para Míriam Alconchel, "de lo que se trata es de que en los Consejos de Distrito, y en todos los órganos de participación, se puedan hacer visibles todas las miradas que de hecho se proyectan hacia las cuestiones de interés público. Esta es la mejor manera de garantizar que las decisiones que tomamos incorporan todo el conocimiento ciudadano posible".

Sobre la composición de los Consejos, la delegada de Participación negaba ayer la mayor ante las críticas de la oposición a lo que han interpretado como un exceso de representación del gobierno. "Las matemáticas del reglamento no pueden ser más claras: las posiciones del gobierno estarán defendidas, a lo sumo, por tres miembros (dos concejales del gobierno y un representante del partido) frente a un mínimo de treinta integrantes". Otra novedad que se pretende incorporar en los nuevos Consejos es la idea, contenida entre las competencias que le atribuye el Reglamento, de que no son sólo en sí mismos un espacio de participación ciudadana, "sino que pueden y deben servir como motores de impulso a procesos participativos singulares en sus respectivos territorios".

Según Míriam Alconchel, con esto se ha pretendido dejar bien claro que, además de los Consejos, en el territorio se pueden habilitar más y más amplios cauces para que la ciudadanía ejercite sus derechos a intervenir en las decisiones que le afectan. "Esto, además, puede ser una receta interesante contra la tendencia al anquilosamiento y a la burocratización que suele producirse en este tipo de organismos. Se trata de estimular su creatividad como lo que deben ser: motores de ciudadanía, organismos vivos capaces de suscitar el interés colectivo en lo que nos interesa colectivamente. Aquí radicará su éxito. Y nada podrá proporcionarme una mayor satisfacción a mi empeño en la puesta en valor de lo público, el mayor logro al que puede aspirar cualquier representante político consciente de su responsabilidad".

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