Jerez

El obispo rechaza procesiones el Sábado Santo y zanja el debate

  • Monseñor Mazuelos reúne a los hermanos mayores ante los que confirmó el decreto de 1983 de Bellido Caro, que suprimió las salidas de las cofradías ese día

Ni informes ni abrumadores apoyos. El obispo zanjó ayer el debate, con sus polémicas colaterales, sobre la recuperación de las procesiones en el Sábado Santo jerezano, confirmando el decreto de Rafael Bellido Caro del año 1983 por el que suprimió las procesiones esa jornada. Lo hizo en su terreno, en la sede del obispado y precisamente en el Salón dedicado al Papa Juan Pablo II, del que usó el Directorio de Liturgia y Piedad Popular creado por él, para desmontar algunos de los argumentos en los que se apoya el documento que aprobaron todos los hermanos mayores, excepto uno, y que le fue remitido hace una semana.

La cita fue a las ocho y media de la noche en Bertemati, en cuyo patio central estuvo el prelado recibiendo a los hermanos mayores convocados por él mismo para una sesión monográfica en la que a priori no había más intervenciones que la de monseñor Mazuelos. Los convocados llegaban con ánimos expectantes ante lo que el prelado quería decirles y el tono con el que se dirigiría a ellos. Su intervención fue cordial, llamando a que el "ímpetu evangelizador" puesto en esta reivindicación se aproveche para "una mejor vivencia pascual y en la formación de los jóvenes".

Incluso, al final de su intervención, dejó abierta la posibilidad de que se le formulara alguna pregunta, ofrecimiento que por cierto nadie usó excepto el hermano mayor de Las Cinco Llagas, Francisco Barra, el único que no suscribió la convocatoria de pleno de la pasada semana y que no firmó el escrito que se dirigió al obispo. Éste preguntó a Mazuelos Pérez su impresión sobre el documento que recibió, contestándole que lo acogió con interés.

En un comunicado oficial del obispado, enviado justo después de concluir la sesión, el asunto del Sábado Santo se posterga, en el orden del día, a la última posición poniendo por delante, casi a modo de justificación del pleno de ayer, el Plan Pastoral para este curso y la Jornada Mundial de la Juventud. Unos 40 minutos bastaron para todo esto y para decir adiós a lo que podría haber sido un buen intento de profundizar sobre una cuestión que viene dando demasiadas vueltas desde hace décadas.

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