Patrimonio cultural en peligro

Objetivo: Salvar la calle Nueva

  • Vecinos de Santiago y de toda la ciudad se unen en una asociación para evitar que el patrimonio artístico del epicentro de este barrio gitano se pierda

Vicente Soto ‘Sordera’ y su primo Ramón Soto, con la calle Nueva y el templo de Santiago al fondo.

Vicente Soto ‘Sordera’ y su primo Ramón Soto, con la calle Nueva y el templo de Santiago al fondo. / Miguel Angel González

“Tenemos que salvar la calle Nueva antes de que pierda las tres gotas de sangre que le quedan”. El conocido cantaor Vicente Soto ‘Sordera’ y su primo Ramón Soto, junto a un grupo de vecinos y de jerezanos de otras zonas, han puesto en marcha una asociación cuyo principal objetivo es “recuperar las calles Nueva y Cantarería a través de la cultura”.

‘Sordera’, un artista con mucho mundo, asegura con la certeza de quien sabe de lo que habla que “tú puedes preguntar en Tokio por la plaza del Arenal, y no la conoce nadie, pero a quien le gusta el flamenco sabe que estas dos calles están en Jerez y que son una de las cunas del arte jondo”. Ambos pretenden que esa tradición que atesora el barrio en forma de patios y corralas no se pierda, sino que se pongan en valor. Ramón, de conversación ágil donde las haya, dice “si tuviéramos que poner una placa por cada artista consagrado que ha nacido en estas calles te aseguro que faltarían paredes”.

El objetivo es encomiable pero ponerlo en marcha es lo que ocupa a este colectivo que tiene como socio y amigo al reputado abogado jerezano Jesús Rodríguez. Los objetivos los tienen claros: “Promover la recuperación de las costumbres y usos vecinales de las calles Nueva y Cantarería, defendiendo sus valores y su patrimonio artístico, arquitectónico y etnológico, así como mejorar los servicios públicos para parar su evidente deterioro”.

La solución, según entienden los Soto, “pasa sobre todo por Cultura más que por Urbanismo”, si bien son conscientes que un remozado de esta abandonada zona pasa también “por quitar el tráfico, plantar unos arbolitos y colocar unos bancos para sentarse”.

Una imagen de la calle Nueva captada esta semana. Una imagen de la calle Nueva captada esta semana.

Una imagen de la calle Nueva captada esta semana. / Miguel Angel González

Una de sus principales reivindicaciones es “la creación de puntos de encuentro vecinal para los vecinos del barrio y también para aquellos que en su día debieron irse”. A este respecto apuntan directamente al abandonado asilo de la calle Taxdirt, “un lugar idóneo para ese punto de encuentro” e incluso aseguran que entre las ideas que barajan se encuentra que este edificio sirva de alojamiento tipo ‘hosting’ para visitantes amantes del flamenco. Todo ello, “sin un fortalecimiento del tejido económico no serviría para nada, y esta zona de Jerez tendría muchas posibilidades con academias, artesanía, librerías, establecimientos gastronómicos y talleres flamencos. Hay locales para todo ello y más”, sentencia Vicente Soto quien destaca la labor que a este respecto ha llevado a cabo una ciudad tan flamenca también como es el caso de Granada.

A todo ello se une el indudable encanto de esa media docena de patios que aún se conservan “y que han llegado a ser ofrecidos como trianeros en documentales porque Sevilla, simplemente, los perdió. No queremos que aquí pase lo mismo”, replica Ramón.

Cuando Vicente Soto ‘Sordera’ y su primo empieza a enumerar famosos artistas nacidos en esa confluencia del flamenco jerezano todo es un no parar: “Tío José de Paula, Terremoto, Sordera, Tío Manuel Morao, Tío Borrico, El Serna, Rafael de Paula, La Perreta y su marido Bernardo Peña (padres de El Lebrijano), Tía Pepa La Chicharrona, El Guapo...”. “Nueva y Cantarería le han dado cultura a Jerez pero Jerez le ha dado cero patatero a Nueva y Cantarería”. Vicente, por su parte, apunta que “lo que sucede aquí no sucede en ningún otro lugar de la tierra: que dos barrios tan cercanos (Santiago y San Miguel) se cante de dos maneras” completamente diferentes.

La lenta caía del epicentro gitano de Santiago “comenzó cuando Álvaro Domecq dio viviendas en La Asunción. Muchas casas se tiraron en vez de ser restauradas”, señala Ramón Soto. Poco a poco los problemas fueron creciendo, siendo ahora mismo el tráfico de drogas por parte de foráneos llegados de varios puntos de España uno de los más graves.

La Asociación de las calles Nueva y Cantarería no circunscriben sus objetivos a Jerez. Ni mucho menos. “Abrimos este proyecto a Jerez, Andalucía, España y Europa, porque entendemos que este patrimonio en serio riesgo no se puede perder. Ofrecemos un proyecto integral -dice Ramón- con la idea de que una zona de nuestro Jerez que aparece en todos los libros de flamenco que se han escrito en el mundo vuelva a la vida”.

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