Jerez

La subida del cereal "devuelve la ilusión" al campo de la provincia

  • El buen momento del cultivo dispara las siembras y sirve de antídoto ante el recelo que despierta en Asaja-Cádiz la crisis ganadera y los nuevos cambios previstos en la PAC

La subida del precio del cereal se ha convertido en el mejor antídoto para los males del campo, santa medicina para los muchos problemas que arrastra el sector tras las reformas que afectan a los principales cultivos mediterráneos, caso del algodón o la remolacha, para los que el maíz o el trigo representan una de las escasas alternativas a las que pueden aferrarse los agricultores.

En palabras del presidente de Asaja-Cádiz, Manuel Vázquez, que ofreció ayer un desayuno informativo acompañado de los miembros de la ejecutiva provincial de la organización, "el cereal ha devuelto la ilusión al campo" en lo que, sin embargo, no deja de ser un remedio pasajero que el sector tratará de aprovechar mientras dure, pues los agricultores son conscientes de las dificultades que se avecinan tras el varapalo de las OCMs del algodón y la remolacha, al que este año se unirá el 'chequeo médico' de la Política Agrícola Común (PAC).

Vázquez lamentó, no obstante, la repercusión de la subida del cereal en el consumidor por el oportunismo de intermediarios en la cadena de alimentación, "un hecho cierto y preocupante" que Asaja denunció en una campaña de concienciación y contra el que seguirá plantando cara a través de reivindicaciones como la de una ley de comercio que, entre otras medidas, arroje transparencia al sistema con la introducción del doble etiquetado. Si el consumidor conoce el precio que se paga al productor y el que les cobran por los alimentos, "por simple pudor -dijo Vázquez- muchos no cobrarían los mágenes comerciales que se aplican".

Mientras el precio del cereal espolea las siembras como pocos recuerdan en la zona, y en espera de conocer las directrices que marcarán el nuevo rumbo de la política agraria comunitaria, el presidente de Asaja-Cádiz hizo ayer balance del año que acaba de cerrarse y que, según Vázquez, "no ha tenido un final para tirar cohetes", sobre todo para el sector ganadero, que cerró el 2007 con la "peor nota". Vacuno y ovino fueron las grandes víctimas en la provincia de la crisis ganadera, desatada por el aumento de los costes de producción (piensos), la caída del precio de la carne (cordero) y la lengua azul (restricciones de movimiento que se mantienen para el Campo de Gibraltar y La Janda en lo que Asaja consideró una clara discriminación).

Como mal menor, Asaja exigió ayer al Ministerio de Agricultura que cumpla los compromisos adquiridos con el sector a finales de noviembre, un acuerdo de mínimos por el que se contemplan ayudas limitadas pero que aliviarían en cierta manera la difícil situación de los ganaderos. Caso contrario, Asaja estudia movilizaciones que podrían coincidir con las convocadas por el sector cinegético y la patronal frente a la nueva ley de desarrollo sostenible del medio rural.

Entre los ejes de actuación para el nuevo año, Vázquez anunció que Asaja promoverá la celebración de jornadas técnicas y encuentros con profesionales y expertos de dentro y fuera de España para reflexionar sobre la simplificación de la PAC -'chequeo médico-, que considera precipitado al no haber tenido tiempo el sector para adaptarse aún a los últimos cambios de las reformas de los cultivos.

Vázquez lamentó igualmente la pasividad de la Administración española tras la victoria moral por la sentencia del tribunal Europeo contra la reforma del algodón, que se mantiene prácticamente invariable. En cuanto a la resaca de la reforma del azúcar con el cierre de dos fábricas en Andalucía, entre ellas Guadalcacín, el vicepresidente de Asaja y presidente de los remolacheros, José Manuel Díez, aludió al descenso de la superficie de siembra -de una media histórica de 20.000 hectáreas a 5.000- en lo que "mucho me temo que será el último año de molturación de remolacha en la provincia".

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