HASTA hace relativamente poco tiempo, 'empresa familiar' era una expresión poco utilizada en el ámbito empresarial. A pesar de ello, cada vez somos más conscientes de que la empresa familiar ostenta un papel protagonista en el escenario empresarial de nuestro país, representando un volumen muy importante de su tejido productivo. Entre las amenazas a las que actualmente se enfrentan las empresas, especialmente las pymes que han logrado mantenerse con el tiempo, está latente el tema de la sucesión. Según algunos expertos, la realidad de la empresa familiar está en que sólo un tercio pasa a la segunda generación (de padres a hijos), mientras que a la tercera generación (nietos) no llega más de un 10-15 %. Reflexionando sobre estos datos, y en el contexto de la crisis actual, es obvio que cobre una importancia vital el hecho de "dar el relevo al frente de la empresa". En este sentido, todo empresario que aspira a que su empresa le sobreviva deberá de afrontar con la debida antelación y planificación su relevo al frente de la gestión, no dejando margen alguno a la improvisación. Para afrontar el reto que supone para algunos el ceder el bastón de mando, el empresario debe de allanar el camino para que esta sucesión se realice del modo que resulte más factible para la compañía, haciendo copartícipes de esta labor al conjunto de familiares que con capacidades, actitudes y valores se encuentran plenamente involucrados en la actividad de la empresa. La familia como tal se beneficia al lograr el éxito en su negocio y no al exprimirlo como ocurre en multitud de casos en los que parte de los miembros de este peculiar tipo de empresas, ya sea por falta de profesionalización, de aptitudes o de compromiso, terminan por hacer desaparecer a la compañía. Por ello, son únicamente los miembros de la empresa familiar, y no sus asesores jurídicos, fiscales o financieros, los capaces de realizar aquellas labores tanto de carácter personal como organizativas susceptibles de asegurar el futuro de la compañía. Planificando este hecho desde el momento en que nuestros familiares comienzan colaborar y participar en el negocio, será posible después confiar y delegar a tiempo en manos de estos sucesores la obra creada por los empresarios fundadores. Atendiendo a la importancia que estas empresas ostentan dentro del panorama empresarial de la provincia, desde la Confederación de Empresarios de Cádiz en colaboración con la firma gaditana Cápital Asesores se ha creado la Unidad de Empresa Familiar dentro de los servicios de asesoramiento que presta a sus asociados. Fruto de esta colaboración ha sido la organización de un ciclo de charlas-coloquio inaugurado en febrero y en las que se abordan los problemas más importantes de la empresa familiar. El próximo 12 de abril a las 17,30 horas tendrá lugar en la sede de la CEC la 3ª charla coloquio en la que Antonio López Triviño, consultor de la empresa familiar y colaborador de la Cátedra de Empresa Familiar de la Universidad de Cádiz, abordará la temática 'Los órganos de gobierno de la empresa familiar'.