Jerez

Las trabajadoras de Acasa desmontan el campamento

  • Las empleadas deciden levantar la acampada de la calle Consistorio tras la confirmación de la transferencia de la Junta de Andalucía para pagar las nóminas

El reloj del Ayuntamiento marcaba las diez y el 'campamento dignidad' apenas le quedaban segundos. Trabajadoras de Acasa, arropadas por sus familiares, se frotaban las manos sabiendo que había tarea que hacer, desmontar el campamento que durante 92 días ha sido su casa en la calle. En apenas media hora los toldos negros estaban ya por los suelos y las mujeres brindaron en su 'última cena' en Consistorio.

Horas antes, la plantilla de Acasa decidió en asamblea abandonar la acampada tras confirmarse la transferencia de la Junta de Andalucía para el pago de la ayuda a domicilio. A las seis de la tarde se citaron las empleadas en el edificio de los sindicatos para valorar si se marchaban del 'campamento dignidad' a pesar de que el dinero no estaba ingresado en las cuentas de las trabajadoras. Tras algo más de media hora, salieron con un sabor 'agridulce' aunque con la decisión de desmontar la que desde el pasado 30 de enero había sido su lugar de reivindicación. La votación estuvo reñida, pero el hecho de que el dinero ya está 'de camino' a sus cuentas hizo que se decantaran por dormir desde ayer cada una en su cama. "Han sido tres meses muy duros por la situación económica, pero hemos tenido una bonita convivencia, hemos formado una gran familia", comentó al término de la reunión Esther Hidalgo, del comité de empresa. Con "desasosiego" reconoció que "es cierto que nos vamos sin el dinero, pero vamos a depositar un poco de confianza. Hay gente que ha aguantado aquí día tras día con problemas de salud y ya no se puede más".

La emoción inundó la calle Consistorio y las empleadas no pudieron evitar las lágrimas y abrazos. Las trabajadoras se debatieron entre la alegría y la desesperación de saber que con este pago no se cubren todas las nóminas. "Nos vamos sin nada, hemos pasado muchas fatigas y ¿cuándo me pagarán lo que me siguen debiendo?", preguntó Consuelo, trabajadora de Acasa que no estuvo conforme con el desmantelamiento, y quien además añadió que "me siento asqueada, como si esto no hubiera servido para nada". Pero no todo fue negativo, otras empleadas declararon sentirse "orgullosas de lo que hemos hecho. No ha habido otro colectivo como el de Acasa que haya tenido lo que hay que tener para aguantar todo esto. Estoy orgullosa de lo que he hecho y de lo que han conseguido mis compañeras".

Por su parte, la delegada de Bienestar Social, Igualdad y Salud, Isabel Paredes, reconoció tras conocer la transferencia de la Junta que "por un lado estamos contentos porque por fin se ha producido la orden de ingreso, si bien no podemos evitar mostrar nuestra preocupación por el retraso en los pagos de la Junta, ya que esto está provocando que se solapen unos pagos con otros". De las cinco nóminas que desde hoy se le debe a la plantilla, con el pago de la Junta se cubren las de diciembre, enero, febrero y primera quincena de marzo, según Paredes. La delegada insistió igualmente en que "debido a los retrasos que venimos padeciendo, mucho nos tememos que para cobrar lo que corresponde al último pago del semestre tengamos que esperar hasta el 30 de junio". Y es que Paredes recordó que los 829.984 euros de marzo y abril deberían haberse abonado antes del pasado 31 de marzo, según el convenio. La responsable municipal remarcó además que "a partir de hoy, la Junta debería ingresar otros 829.984 euros, que completarían los 2.489.954 euros del primer semestre del año".

Han sido días de lucha en plena calle reclamando sus salarios. Las trabajadoras de Acasa dijeron 'adiós' a la acampada recordando emotivos momentos como los vividos en Semana Santa y agradeciendo la colaboración ciudadana. "No tenemos palabras, por muy poco que nos hayan podido ofrecer, a nosotras nos ha parecido lo más grande del mundo", señaló Hidalgo. Una 'foto de familia' en la escalinata del Ayuntamiento y varios cartuchos de confeti 'volaron' sobre lo que quedaba del 'campamento dignidad' poniendo casi el punto y final a 92 días de protesta. Aun así, gritando "de norte a sur y de este a oeste, la lucha sigue cuesta lo que cueste", la plantilla demostró que seguirá reivindicando lo que le corresponde, sus salarios, desde donde sea. Así, la calle Consistorio recuperó a media noche la normalidad, no sin antes ser testigo de una fiesta de la plantilla de ayuda a domicilio, 'la última cena'.

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