-Un año más, Jerez ha llegado al Rocío tras cuatro días de camino en los que se hemos percibido un mayor ambiente en todos los aspectos con una hermandad que ha sido muy compacta en su caminar por los senderos.

-Hemos cumplido con la idea deseando ver a la Virgen. Hemos traído las oraciones de todos los jerezanos y las nuestras propias. También, nuestro Simpecado que nos representa y a todo Jerez.

-Se ha llegado y atrás ha quedado un camino. ¿Cómo ha sido?

-Ha sido fantástico y muy bonito, pero también es verdad que ha sido un camino duro porque las arenas estaban, como pronosticábamos, francamente malas. Todos, tracción mecánica y animal, han pasado malos momentos, sobre todo en la jornada del viernes. Estábamos muy preocupados porque el día y, sobre todo, la tarde era muy larga pero finalmente se llegó, aunque tarde, pero se alcanzó la zona para pasar la noche aunque ya sin la luz del sol. En definitiva lo que viene siendo habitual en el camino pero este año, insisto, con los senderos muy castigados.

-Incluso hubo vehículos que entraron muy tarde, bien entrada la noche, algo que no es nuevo pero que sucede con demasiada frecuencia.

-Tengo entendido que sí porque las hermandades que nos preceden entraron tarde, tal vez debido a que hubo presentaciones el viernes por la tarde que hace que todo se demore. Aunque iba con la hermandad, como es lógico, sí tengo la percepción de que así pudo ocurrir y eso evidentemente nos afecta por ser la última hermandad que pasa por Doñana.

-La entrada de Jerez en la Aldea, impresionante como siempre con una caballería precediendo a la hermandad fabulosa y con cientos de romeros alrededor del Simpecado.

-Todos estábamos ilusionados, los que esperaban en la aldea y nosotros con las ganas de llegar y rendir el camino de ida. En cualquier caso, todos estamos absolutamente ilusionados porque ha sido como todos los años, precioso y muy emocionante.