Economía

Los últimos millones para el Marco

  • A los casi nueve millones de euros de las ayudas directas destinadas por la UE al arranque de viñedo se une otro medio millón de los derechos de pago único generados por el abandono de 1.320 hectáreas

Muchos viticultores de la provincia realizan en estos días las declaraciones de la PAC (Política Agrícola Común) para acogerse a las ayudas que se establezcan una vez entre en vigor la reforma, en principio prevista a partir de 2014 aunque posiblemente se demore.

Otros viticultores, los que junto a alguna bodega contada se acogieron al régimen de arranque de viñedo, medida complementaria del nuevo reglamento del vino financiada por la Unión Europea, recibieron a finales del pasado año el anticipo del Pago Único echo efectivo por la Consejería de Agricultura de la Junta, algo más de 200.000 euros del casi medio millón que corresponden al abandono voluntario de 1.320 hectáreas de viña en la zona.

Tras la lluvia de millones del arranque, que en sus tres campañas de aplicación (2008-2011) dejó en el Marco de Jerez del orden de nueve millones de euros, los 359 titulares de viñedo que se beneficiaron del programa se repartirán hasta la implantación de la nueva PAC 462.000 euros anuales, a razón de 350 euros por hectárea y año.

En otras palabras, cada titular de viña acogido al arranque voluntario recibirá en las tres próximas campañas, y puede que alguna más, 1.286 euros por hectárea, a los que hay que añadir los 25.000 euros de media que dejó la medida impulsada por Bruselas para equilibrar la oferta a la demanda con la renuncia a buena parte de la producción comunitaria.

A estas cantidades se suman las ya percibidas conforme se generaron los derechos de Pago Único, de los que la primera campaña del arranque (2008) se asignaron poco más de 300 por importe de 105 mil euros; la segunda campaña (2009), 533 por una cuantía de 186 mil euros; y la tercera y última (2010), 485 por importe de casi 170.000 euros.

Lo que para algunos es una lluvia de millones, para otros son las migajas de un programa que ha repartido en toda Europa en sus tres años de vigencia más de mil millones de euros, de los que la mitad fueron a parar a manos de titulares de viñas españoles, la mayoría localizados en Castilla-La Mancha.

No corrieron la misma suerte otros muchos viticultores del Marco, que frente a la situación afortunada de los que vieron aprobadas sus solicitudes de arranque con cargo a los fondos europeos, abandonaron sus viñedos por la falta de rentabilidad y sin nada a cambio.

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