Jerez

Un pregón valiente, cargado de emociones y crónica de la realidad social

  • El público del Villamarta aplaude un texto cercano y directo lleno de reivindicaciones con la Semana Santa como nexo de unión

"Sí, este ha sido el pregón que quería dar". Así de contundente y satisfecho se mostró ayer Antonio Moure ante sus compañeros de los medios de comunicación segundos después de que se cerrara el telón del Teatro Villamarta y su pregón pasara a la historia. "Estoy emotivamente agotado, he notado el calor de los aplausos y sobre todo ese abrazo final que ha sido inolvidable. Estaba bastante preocupado porque no paso por mi mejor momento en lo relacionado con la garganta y los pulmones, pero creo que ha salido bien", reconoció el pregonero.

Tres horas de ensalzamiento de la Semana Santa a las que puso fin una ovación unánime y en pie del coliseo jerezano durante un buen rato antes de que cayera el telón del Villamarta. Acto seguido, un emotivo abrazo entre hermanos, pregonero y presentador, ponía fin a seis meses de nervios y ensayos consumados en una inolvidable cita cofradiera. Manuel Moure, redactor de Diario de Jerez, calificó el pregón como "intenso, sentimental..., ha sido muy difícil mantener las lágrimas. Antonio ha sabido dar diferentes puntos de vista a un texto cargado de una realidad social de la que no podía escapar, sobre todo dedicándose al periodismo. Ha encontrado un buen balance entre la prosa y el verso".

Un final emocionante, dedicado a su madre, donde le imploraba a su Virgen de los Dolores que le siga dejando pasear con ella. Con sus palabras no dejó indiferente a ninguno de los presentes, ni al público del patio de butacas ni a las personalidad situadas junto a él en las tablas del coliseo. Aún con los ojos llorosos, el presidente de la Unión de Hermandades decía momentos después que "es difícil hacer una valoración tan pronto, pero un pregón que te hace llorar lo dice todo". "Ha puesto el corazón en el atril y ha tenido una valentía que es de agradecer, ha sido muy valiente y eso se valora muchísimo, ese toque reivindicativo es muy necesario".

"Parecía que estaba hablando de la madre de cada uno de nosotros, muy claro y directo, yo no he podido contener las lágrimas", confesó la alcaldesa, María José García-Pelayo, visiblemente emocionada a telón cerrado. "Ha sido un pregón largo que no se nos ha hecho largo, hemos disfrutado hasta el último segundo y me atrevería a decir que todos queríamos un poco más", dijo la regidora municipal antes de añadir que su parte favorita "bueno..., es que me tengo que quedar con mi Virgen de la Concepción Coronada, lo que ha dicho de la hermandad de la Entrega y del Cristo de la Expiración también me ha llegado hondo. Ha sido muy cercano desde el momento del inicio, cuando ha recordado a los pregoneros anteriores. Ahí ya nos ha puesto la piel de gallina". La alcaldesa, valoró que además de las lágrimas "también ha habido momentos de risa, creo que ha sido de verdad un honor estar en este pregón y, sobre todo, un honor para Jerez".

El obispo de la Diócesis, José Mazuelos, por su parte, valoró que "para mí ha sido una buena armonía de prosa y verso, además del toque de humor que ha ido metiendo con la descripción de todas las hermandades de la periferia". El prelado, como no podía ser de otra forma, también incidió en "ese canto a la maternidad, en cómo aprendemos a amar a María porque así nos ha enseñado nuestra madre. Esto es amor a María al fin y al cabo". "Todo pregón supone el inicio de la Semana Santa, y este podemos decir que ha sido un muy bien inicio", declaró monseñor Mazuelos.

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