Vendimia

El golpe de calor 'cuece' la uva del Marco en una campaña muy loca

  • Las grandes oscilaciones de temperatura de un día para otro alteran la evolución del viñedo en pleno proceso de maduración

  • Los cambios del tiempo hacen difícil hacer un aforo de la cosecha de la próxima vendimia, cuyo inicio apunta ahora a mediados de agosto

Detalle de un racimo con granos de ‘cocidos’ por el golpe de calor en una viña de uva Moscatel de Chipiona.

Detalle de un racimo con granos de ‘cocidos’ por el golpe de calor en una viña de uva Moscatel de Chipiona.

El tiempo vuelve loca a la viña. Los viticultores del Marco no terminan de cogerle el punto a la campaña, que igual apunta a una vendimia muy corta y extratemprana, que a una cosecha no tan corta y no tan temprana.

El último golpe de calor, registrado a principios de la semana pasada, ha provocado un efecto tan inusual como el desarrollo de la campaña en sí. Y es que los repentinos cambios meteorológicos, con grandes oscilaciones en las temperaturas de un día para otro, ha provocado que la uva, en proceso ya de maduración, literalmente se cueza, aunque de forma muy desigual, salpicando los racimos de granos de color tostado.

“El golpe de calor no ha quemado sino que ha cocido la uva que ya tenía algo de caldo en su interior por un proceso de combustión” y los efectos pueden apreciarse sobre todo en pagos de Sanlúcar y Chipiona, donde el viñedo tiene menos follaje, explica Luis Mateos, copropietario de la empresa especializada en asesoramiento de viñedo Vara y Pulgar.

Según este experto en viñas, “a día de hoy es difícil hacer un aforo de la cosecha de este año porque la uva está ahora en pleno proceso de maduración, está entrando en caldo pero todavía está metida en carne”, y pese a la previsión inicial de adelanto por la brotación temprana de la vid a principios de marzo, un mes antes de la fecha habitual, “el estado fenológico de la viña en estos momentos es el mismo de todos los años porque la primavera fresca y lluviosa ha hecho que la viña no tire”.

Brotación temprana, primavera húmeda, hongos... a la viña del Marco se le acumulan los problemas

Tras una primavera de libro, la viña vuelve a venirse abajo en lo que a producción se refiere, pero todavía queda todo julio y parte de agosto para que los racimos se recuperen antes del inicio de la vendimia, que Mateos sitúa a mediados de este último mes.

Nunca se sabe, porque está siendo un año atípico en el que tras la brotación temprana y las posteriores lluvias que levantaron la cosecha, el exceso de humedad de la primavera también ha disparado el riesgo de enfermedades y plagas, empezando por el ‘mildiu’ o ‘mildeo’.

El ataque de este hongo coincidió con las últimas lluvias registradas hace un mes y también es muy dispar en el Marco, donde hay viñas con mucha mancha y hojas secas en las que también se aprecia el ‘mildeo larvado’ que penetra en la uva. Mateos indica que, sin embargo, no hay patrón claro, ya que algunas parcelas presentan entre un 10 y un 20% de afección, mientras que otras situadas al lado no se han visto afectadas, y “no es porque unas se hayan tratado más que las otras”, asegura.

El ‘oidio’ o ‘cenizo’ también ha hecho acto de aparición este año, aunque tampoco está generalizado. El temor con este hongo es que se propague de las hojas a los racimos, como ha ocurrido ya en casos puntuales, y aunque el calor ayuda a frenarlo, si predominan los vientos de poniente y hay blanduras nocturnas se dan las condiciones idóneas para que se expanda.

El calor con humedad le viene bien a las viñas que no han tenido enfermedades, pero para las que han tenido ‘mildeo’ u ‘oidio’ sería muy negativo, indica Mateos, no sin señalar que la “acumulación de problemas” de la presente campaña no acaba aquí, ya que en los últimos días se ha sumado a la fiesta el mosquito verde, contra el que no hay materias activas autorizadas tras la prohibición hace dos años de un producto que era muy eficaz contra esta plaga.

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