Jerez

Los viñistas temen por la marca Jerez tras la 'huida' del brandy solera

  • Asevi-Asaja pide una reflexión a las bodegas para blindar con uva del Marco la Denominación de Origen del espirituoso y evitar su deslocalización · El primer paso, dicen, debe ser la fusión con el Consejo del vino

La salida de la práctica totalidad de los brandies solera de la disciplina del Consejo Regulador, camino que iniciaron el Veterano y el Soberano hace tres años con la rebaja de su graduación alcohólica por debajo del mínimo exigido por Bruselas y que ha terminado por arrastrar al resto de las principales marcas de la gama básica del brandy, ha reabierto el debate sobre el carácter específico de la denominación de la bebida espirituosa jerezana, que permite el uso de materia prima de fuera del Marco en su elaboración.

Los viñistas independientes de Asevi-Asaja, los más beligerantes desde la creación en el año 85 de la denominación del brandy de Jerez con la excepción sobre la procedencia de la materia prima por la que únicamente se obliga a envejecer el espirituoso en la zona de origen, entienden que la huida de los solera no sólo deja muy tocado al brandy y a su Consejo Regulador, sino que puede tener graves consecuencias sobre la marca Jerez, hasta hacerla desaparecer.

Hasta hace escasos años, el brandy requería entre sus tres categorías -solera, reserva y gran reserva- la producción de uva de unas 50.000 hectáreas de viñedo para alimentar su volumen de producción anual, superficie que quintuplicaba la sembrada en el Marco para los vinos de Jerez, de ahí que las bodegas acudieran principalmente a Castilla-La Mancha -la viña de España- para garantizarse el suministro de uva y al menor precio posible.

Con el abandono del solera, que representa el 75% de las ventas totales, Asaja estima que serían suficientes del orden de 2.500 hectáreas para atender la demanda de alcohol vínico de los brandies reserva y gran reserva, superficie similar a la que se ha perdido en el Marco en los últimos años por el arranque voluntario y el forzado por la falta de rentabilidad del viñedo y que los viñistas no dudarían en sembrar para garantizar el suministro.

Mientras las bodegas deciden qué hacen con el Consejo, cuyo presupuesto dependía básicamente de los solera -las firmas bodegueras pagan un canon en función de sus ventas-, Asaja pide una reflexión sobre el futuro del sector, que a juicio del secretario provincial de la organización agraria, Cristóbal Cantos, pasa indefectiblemente por el blindaje de la Denominación de Origen del espirituoso para que todo lo que entre en la botella de brandy sea de Jerez.

Cantos cree que es el momento de renunciar a la especificidad para apostar por una Denominación de Origen pura, para la que el primer paso, "por lógica" sería la fusión de los Consejos Reguladores del vino y el brandy.

El responsable de Asaja recuerda que existe un precedente con el vinagre, que en su día se integró en el Consejo del vino, aunque se mantiene un comité de expertos para atender las necesidades del condimento jerezano. Los consejos del vino y el brandy, por contra, fusionaron recientemente sus estructuras para ahorrar costes, pero mantienen la presidencia bicéfala.

Según Cantos, los viñistas están dispuestos a asumir el reto, ya que el brandy 100% de Jerez es de las pocas alternativas que tiene el Marco para diversificar su producción y evitar los problemas de la desertización -ambientales y económicos- , ya extendidos en la zona por los arranques de viñas.

"La salida de los solera lleva a la deslocalización y, si no se da el paso, la marca Jerez tiene los días contados, se desmantelaría todo porque las bodegas no invierten en Jerez, el vinagre no mueve suficiente volumen y el brandy ha sido el principal sustento de los vinos jerezanos", apostilló Cantos.

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