Jerez

Los viñistas temen perder la cosecha por la amenaza de huelga en vendimia

  • Los viticultores independientes creen que la mitad de la producción de uva se quedaría en el campo por la protesta · Piden un esfuerzo a sindicatos y bodegas, que vuelven a verse las caras esta semana

A menos de dos meses vista de la vendimia, los ánimos de los viticultores del Marco de Jerez están por los suelos ante la amenaza de huelga en vendimia lanzada por los sindicatos a raíz del bloqueo de la negociación del convenio de la vid y la negativa de la patronal bodeguera a aplicar la sentencia del Tribunal Supremo sobre la actualización de los salarios de los trabajadores de bodegas.

Tras el paro de 24 horas convocado el 29 de junio, y que afectó principalmente al embotellado de las firmas bodegueras del Marco, sindicatos y Fedejerez volverán a sentarse esta semana para tratar de reconducir la negociación colectiva, si bien el acta de borrador de reunión remitido por la patronal sigue sin convencer a las centrales sindicales, que sólo ven "más de lo mismo". Aún está por determinar si la reunión será hoy, como plantea Fedejerez, o el miércoles, como prefieren los sindicatos por la premura de tiempo.

Pero mientras no haya avances en la negociación, CCOO y UGT mantienen la amenaza de retomar las movilizaciones a la vuelta del periodo vacacional, en plena campaña de la vendimia, lo que tendría consecuencias nefastas sobre los viñistas independientes, los grandes perjudicados en la última 'huelga de la vid' hace veinte años y que ahora verían nuevamente dañados sus intereses por un conflicto ajeno a su ámbito de actuación, pero que les golpea de lleno.

"En la anterior huelga nos permitieron hacer la vendimia porque los viñistas tenían algunos lagares propios, pero ya no queda ninguno y muchos viticultores del marco se pueden quedar con la cosecha colgada al no poder entregar la uva en las bodegas", asegura Francisco Guerrero, presidente de la asociación de viñistas independientes Asevi-Asaja.

Entre viñistas y bodegas propietarias de viñedo, Guerrero estima que la huelga puede hacer que se quede en el campo más de la mitad de la producción de uva, ya que únicamente se salvaría la producción de las cooperativas, a los que no afectan las movilizaciones, que también alcanzan a las firmas bodegueras no asociadas a Fedejerez, caso de la sanluqueña Barbadillo, la principal compradora de uva, por no decir la única, con un volumen de unos nueve millones de kilos anuales, que equivale al 70-80% de la producción de los independientes.

"La huelga en vendimia nos puede hacer polvo", subraya Guerrero, quien se hace eco de la creciente preocupación entre los viticultores por la incertidumbre y la falta de entendimiento con la patronal bodeguera, con la que perdieron contacto tras las elecciones del Consejo Regulador.

El presidente de los viñistas independientes asegura que el clima en el sector está muy enrarecido tanto por los problemas internos como por los externos -en alusión a la investigación de los ERE fraudulentos que salpica a los responsables de los consejos reguladores y de Fedejerez-. "No hay interlocución con la patronal, sólo con bodegas de Sanlúcar no asociadas que comparten la defensa de la viña frente a los arranques y abandonos masivos porque ven peligrar el futuro del sector", señala Guerrero, quien augura una vendimia dura por la escasez de demanda y los precios bajos de la uva, situación en la que una huelga pondría la puntilla a los viticultores, que piden un esfuerzo a las partes en conflicto para limar asperezas y evitar unas movilizaciones que tendrían consecuencias muy graves para un sector en permanente castigo.

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