El Rebusco

Crónica en ‘negro’ del jerez

  • Criminales, detectives y agentes de la ley sucumben a nuestros vinos

  • En el libro y la pantalla

El amontillado en un capítulo de Hitchcock presenta, 1957.

El amontillado en un capítulo de Hitchcock presenta, 1957.

El vino de Jerez debe mucho a Hollywood. Numerosas películas producidas en la Meca del cine a lo largo de su historia contienen referencias al jerez. Y no menos importante fue el consumo de nuestros vinos por parte de las estrellas de cine en su periodo más dorado de los años `30, `40 y `50.

Uno de los iconos más famosos de la gran pantalla fue el actor Humphrey Bogart. Su propia mujer, Lauren Bacall, comentaba que, en los últimos tiempos de su vida - Bogart moriría de cáncer en 1957 -, el momento más feliz era la hora del aperitivo, cuando disfrutaba de sus martinis con jerez seco: ‘his happiest time of the day, drinking martinis with dry sherry’.

Bogart celebrando una fiesta navideña en Beverly Hills. Bogart celebrando una fiesta navideña en Beverly Hills.

Bogart celebrando una fiesta navideña en Beverly Hills.

Dato que su amigo, y director de cine, John Huston, confirma en las palabras que le dedicó en su funeral: ‘Y allí estaba, con su copa de jerez en una mano y un cigarrillo en la otra, a las cinco y media, hora en que sus invitados comenzaban a llegar’ (’There he would be, sherry glass in one hand and cigarret in the other, at 5´30...’).

El actor alcanzaría la fama dando vida a los detectives Philipe Marlowe, en El sueño eterno, y a Sam Spade, en El halcón maltés. caracteres creados en por los padres de la novela negra, Raymond Chandler y Dashiell Hammett.

Esta introducción nos viene a pelo a la hora de tratar en nuestro Rebusco de hoy sobre las peculiares maneras en la que nuestro vino se ha ‘colado’ con estilo en unas historias clasificadas como de misterio, policiaca, o negra.

Advertimos que nuestra selección no seguirá reglas muy ortodoxas a la hora de incluir éste o aquel autor, o autora, a esta novela o aquella película. Para los más rigurosos remitimos al enlace de la Biblioteca Nacional de España: Novela policiaca (Guía de recursos).

No hace mucho - el pasado año - se pudo contemplar en la Biblioteca central municipal de Jerez la exposición titulada ‘¿Quién es el asesino?’, coordinada por Ramón Clavijo buen conocedor de la materia.

Lástima que la falta de espacio impidiera incluir como complemento a las obras literarias documentos que forman parte de los fondos de cine donados por el Cine-Club Popular.

El Harveys Bristol Cream en La trama (1976), de Hitchcock. El Harveys Bristol Cream en La trama (1976), de Hitchcock.

El Harveys Bristol Cream en La trama (1976), de Hitchcock.

Hay que remarcar, aunque que el jerez, en este tipo de obras literarias, y sus correspondientes en la pantalla (grande y pequeña), suelen enmarcase en ambientes selectos, tomado por personas con paladares refinados, nada que ver con los fuertes destilados que suelen beber en los garitos las mafias americanas del periodo de la Ley Seca, o en los destartalados despachos de detectives venido a menos.

Entre los criminales siempre hubo clases, e incluso el asesinato fue considerado por algunos como una de las bellas artes.

El material de estudio es abundante, digno de una tesis doctoral, que curiosamente aún no se ha hecho, ni en nuestro país ni en los de influencia anglosajona. Aquí queda dicho.

Con un toque femenino

Tradicionalmente se considera a Agatha Christie como ‘la reina del crimen, y no seré yo quien la destrone; aún más, la propongo para ser incluida entre las figuras destacadas que alabaron el jerez y fueron homenajeadas en placas que se conservan en la zona reservada de las bodegas San Ginés del Consejo Regulador.

Los motivos, más que evidentes, se recogen en un amplio artículo que publiqué en la revista Douro (2019), de la Asociación Portuguesa de Historiadores de la Viña y el Vino: ‘Usos y consumo del jerez en la obra de Agatha Christie’.

En ese trabajo expuse de forma pormenorizada todas las novelas de la escritora inglesa donde el jerez hace acto de presencia en la trama, a veces con unos fines poco ortodoxos como a la hora de cometer un asesinato por envenenamiento.

Hércules Poirot prefiere amontillado en un capítulo de la serie televisiva. Hércules Poirot prefiere amontillado en un capítulo de la serie televisiva.

Hércules Poirot prefiere amontillado en un capítulo de la serie televisiva.

Tanto el estirado Poirot como la entrometida Miss Marple no dejan pasar una a la hora de disfrutar de su copa de jerez. Momentos que podemos ver descritos en las novelas

¿Quién no las ha leído en las ediciones de bolsillo de Molino? -, como en las variadas adaptaciones que se han hecho para la televisión. En estas últimas permitiéndose los guionistas ciertas libertades a la hora de su adaptación. Tal es el caso de La aventura de la Estrella de Occidente, donde Poirot se decide por un amontillado en la mansión donde está invitado: ‘opino que el aperitivo debe ser más un placer que una penitencia’.

Las también escritoras inglesas Ruth Rendell y P.D. James, son dos claras sucesoras de Christie en la creación del género de misterio. Tanto James como Rendell son dos buenas aficionadas a los vinos de Jerez, tradición que mantienen sus ‘primas’ americanas, Patricia Highsmith y Martha Grimes.

Los personajes de P. D. James y Ruth Rendell suelen beben jerez. Los personajes de P. D. James y Ruth Rendell suelen beben jerez.

Los personajes de P. D. James y Ruth Rendell suelen beben jerez.

En lo que respecta a Rendell, esto queda bien patente en sus más de 23 títulos donde hace referencia al sherry y a sus diferentes tipos y marcas: amontillado, dry, cream, oloroso, Tío Pepe, Harvey Bristol, etc.

Ya en sus primeras obras de los años `60 podremos encontrar estas menciones al jerez como elemento distintivo de los personajes que lo beben.

En una de las más conocidas, El lago de las tinieblas (The Lake of Darkness, 1980), que obtuvo el Arts Council National Book Award, se hace mención al Tío Pepe en tres ocasiones. En una de ellas leemos este magnífico párrafo: ‘En el salón, sentados, los Urban bebían jerez, oloroso par Margaret, amontillado para Walter, y Tío Pepe para Martín’.

Tampoco está mal lo que escribió Phyllis Dorothy James, en Sabor a muerte (A taste for death), donde interviene el oficial de policía Adam Dalgliesh: ‘El levantó un dedo y el camarero acudió rápido y deferente. Llegó el jerez, de un hermoso color ámbar, semidulce, inmediatamente reconfortante’.

Para rematar, la controvertida escritora americana, Patricia Highsmith, nos da una pista sobre el amontillado que beben en El grito de la lechuza (The cry of the owl): ‘El doctor sacó una botella de amontillado cuando se sentaron a la mesa. Él y su esposa, explicó, había sido siempre aficionados a los vinos de Jerez y el té’.

Exquisitos y sofisticados

Holmes y Watson en un anuncio de una revista inglesa de vinos, 1964. Holmes y Watson en un anuncio de una revista inglesa de vinos, 1964.

Holmes y Watson en un anuncio de una revista inglesa de vinos, 1964.

En 1964 las bodegas Burdon, del Puerto de Santa María, publicó un anuncio en la revista inglesa The wine&Spirit Trade Review, en la que, con las siluetas estilizadas de los personajes creados por Arthur Conan Doyle, Holmes y Watson, promocionaban sus vinos en botellas adornadas con un borlón (the sherry with the tassel).

Esto nos podía hacer pensar que el jerez es un vino habitual en el 21 de Baker Street, pero no es así.

Conan Doyle tan solo menciona el sherry en dos de sus casos, lo que no ocurre en las adaptaciones o historias para el cine y la televisión.

Sin embargo, no ocurre lo mismo en las obras de su paisano Wilkie Collins, considerado uno de los creadores del género de la novela policiacas. Digno de estudio a la hora de concretar en un autor el imaginario del jerez en la literatura inglesa.

El autor del artículo en la casa-museo de Edgar Allan Poe en Filadelfia. El autor del artículo en la casa-museo de Edgar Allan Poe en Filadelfia.

El autor del artículo en la casa-museo de Edgar Allan Poe en Filadelfia.

Otro autor de renombre, Edgar Wallace, padre del moderno estilo thriller y aclamado como maestro de la narración de misterio, nos presenta a un jerezano empleado de una bodega jerezana en Los cuatro hombres justos (The four just men, 1905), Miguel Thery: ‘Yo era feliz en Jerez, trabajando en las bodegas’ (I was happy in Jerez working at the wine factory).

Del otro lado del Atlántico, donde este género se torna más ‘oscuro’ aún, Raymond Chandler nos deleita con esta descripción del paisaje de California en La dama del lago (The lady in the lake, 1943): ‘Allí termina el cinturón de niebla y comienza la región semidesértica donde el sol por la mañana es claro y seco como el jerez añejo, arde como un horno a mediodía y cae como un ladrillo al rojo al atardecer’ (This is the ultimate end of the fog belt, and the beginning of that semi-desert region where the sun is as light and dry as old sherry in the morning,...).

Montalbán-Carvalho, dos apasionados de nuestros vinos. Montalbán-Carvalho, dos apasionados de nuestros vinos.

Montalbán-Carvalho, dos apasionados de nuestros vinos.

En nuestro país no podíamos dejar de mencionar a Manuel Vázquez Montalbán, reputado gastrónomo y creador del detective privado Carvalho, con el que revolucionó el género negro y sentó las bases de la novela policíaca moderna.

A Manuel Vázquez Montalbán le gustaba el jerez, por lo que es seguro que cuando el escritor vino a la ciudad en el 2000, con motivo de su participación en el II Congreso de la Fundación Caballero Bonald, compartiría con su anfitrión más de una copa de nuestros vinos, tal como Carvalho hace en El Premio al degustar un milhojas de mango con helado de jengibre acompañado de un Pedro Ximénez Viña 25.

Fundido en negro

En la conocida serie de televisión americana, Hitchcock presenta, hay varios capítulos donde el jerez hace acto de presencia. De ellos he escogido La botella de vino (The bottle of wine, 1957), donde el personaje del juez, interpretado por el actor Herbert Marshall, ofrece un amontillado (con veneno), al amante de su mujer. De una botella comprada en España.

Aunque Hitchcock no dirigía la serie si era su sardónico presentador, pero en tres de sus películas, Rebeca, Extraños en un tren, basado en una novela de Patricia Highsmith, y La trama, lo deja caer en la historia. En la última muestra una botella de Harveys Bristol Cream.

Y en títulos como Con el agua al cuello (Drowning Pool, 1973), con Paul Newman en el papel de Lew Harper, o La ruleta de la muerte (The song of the Thin Man, 1947), la primera basada en un trabajo de Ross MacDonald y la segunda en una historia de Dashiell Hammett, el jerez hace su aparición.

A pesar de su despiste Colombo parece conocer el cuento de Poe. A pesar de su despiste Colombo parece conocer el cuento de Poe.

A pesar de su despiste Colombo parece conocer el cuento de Poe.

De series de televisivas hay títulos señeros, como la americana del despistado, pero no menos perspicaz, Colombo. Personaje con buen paladar para los vinos de Jerez.

Respecto a los británicos, que despuntan en este tipo de producciones tenemos, las del Inspector Morse, Lord Wimsey, Father Brown, y la clásica de Los vengadores.

De Japón tenemos la desconocida serie Tantei Monogatari, emitida con éxito a finales de los 70. El desaliñado y rebelde detective Shunsaku Kudo, al que da vida Yusaku Matsuda, es un empedernido bebedor de Tío Pepe.

Peculiar etiqueta de las bodegas J. M. de la Sierra, fino Veneno. Peculiar etiqueta de las bodegas J. M. de la Sierra, fino Veneno.

Peculiar etiqueta de las bodegas J. M. de la Sierra, fino Veneno.

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