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Inicio del Curso Escolar 20/21

Una vuelta al cole distinta

  • Los centros educativos ultiman estos días las medidas de seguridad, higiene y organización para evitar el Covid

  • Mascarillas, geles y el uso de los accesos pasan a ser parte del día a día

Una imagen del acceso al CEIP Isabel La Católica.

Una imagen del acceso al CEIP Isabel La Católica. / Miguel Ángel González

La vuelta a las aulas en este curso 2020/21 es, por muchas razones, distintas a todas las demás. Por ello, y al margen de las directrices, indicaciones y aportaciones de las diferentes administraciones, son los propios centros, con su equipo directivo a la cabeza, quienes están llevando una labor que para muchos pasará desapercibida pero que, por sus escasos recursos, están resultando especialmente llamativas.

Guiados por la vocación y su compromiso con la educación, muchos directores y directoras llevan trabajando casi todo el verano en este regreso a las aulas. Así, muchos han tenido reuniones con miembros de su claustro durante la época estival (lejos de su puesto de trabajo, claro está) para programar con tiempo, y otros han adelantado su regreso a los centros al menos una semana para comenzar a planificar todo lo que se le viene encima.

Una docente, colocando un cartel del uso de mascarillas. Una docente, colocando un cartel del uso de mascarillas.

Una docente, colocando un cartel del uso de mascarillas. / Miguel Ángel González

A falta de apenas tres días para que los colegios vuelvan a abrir sus puertas seis meses después de la última vez, la mayoría de los centros tienen ya el trabajo hecho, un trabajo cuyo principal objetivo es salvaguardar la salud de sus alumnos y su personal y que se basa en diferentes medidas de prevención. Muchas corresponden al protocolo enviado por la Consejería, pero otras han salido de la inventiva, el ingenio y el amor por la profesión de estos docentes, que además de luchar contra la pandemia y sus contagios lo hacen contra un presupuesto muy limitado.

Una de las medidas más reiteradas, al menos en los centros que por su dimensión y espacios pueden permitírselo, es la división de los accesos a los colegios. “Lo principal en este curso que va a comenzar es el equilibrio y mucho sentido común”, asegura Miguel Ángel Alcedo, director del CEIP Alfonso X. En su caso, “hemos diferenciado las distintas entradas que tenemos al colegio por niveles, eso es algo fundamental”, explica.

Tambien tendrán especial relevancia los horarios de entrada a los centros, ya que la mayoría lo hará de forma escalonada, sobre todo en los que la cantidad de alumnos sea importante. La última circular de la Junta, enviada el pasado día 3, así lo recoge, dando la posibilidad de efectuar las entradas y salidas a los centros académicos con un intervalo que puede oscilar entre los 10 y 15 minutos por cada grupo. “Nosotros hemos preparado horarios separados, que vayan entrando cursos de cinco en cinco minutos. Cuantas menos aglomeraciones haya, mucho mejor”, asegura Cándido Núñez, director del CEIP Isabel La Católica.

Una imagen del patio exterior del Isabel La Católica. Una imagen del patio exterior del Isabel La Católica.

Una imagen del patio exterior del Isabel La Católica. / Miguel Ángel González

En este mismo centro, por ejemplo, el patio ha sido dividido en filas para cada curso, filas en las que encontramos separaciones entre los propios niños, en otra forma de intentar prevenir.

Del mismo modo, como está ocurriendo en muchos establecimientos e instalaciones públicas y privadas, los accesos a cada zona de los centros estarán perfectamente marcados, buscando así encontrar un flujo direccional que evite las citadas aglomeraciones. A partir de ahora las entradas y salidas a las clases o distintas zonas del centro educativo deberán seguir un mismo sentido, algo que los directores han intentado conseguir mediante circuitos pintados en los suelos con colores diferentes y señalados perfectamente. En este nuevo paisaje escolar no faltan tampoco las mascarillas, elemento imprescindible en los protocolos para los mayores de seis años. Si paseamos pues por los distintos centros, los carteles en los que se recuerda al alumnado llevar la mascarilla y hacer un uso responsable, también conforman parte del decorado.

La mascarilla se deberá llevar siempre puesta, incluso cuando haya una separación de metro y medio. En las aulas también es obligatorio este uso, tanto por los estudiantes como por el profesorado. Los menores deben traerla puesta desde casa. No obstante, los centros contarán con una remesa de este material de protección para quienes acudan sin ella.

Un docente, preparando los hidrogeles. Un docente, preparando los hidrogeles.

Un docente, preparando los hidrogeles. / Miguel Ángel González

Junto a ellas, los geles hidroalcohólicos, que se han convertido en otro pilar fundamental de nuestro día a día y que ahora también harán lo propio dentro de cada centro escolar.

A partir de ahora, estos compañeros de viaje los encontraremos no sólo en los accesos, baños y diversas zonas de los centros escolares, sino que también formarán parte del día a día del propio aula con dosificadores y dispensadores según el centro.

La normativa de la Junta incide en el lavado frecuente de manos, ya sea con agua y jabón (preferentemente) o con hidroalcohol. Debe hacerse en las salidas y entradas al centro, al aula, en los recreos y cada vez que se abandone el aula. No es preciso si el alumno permanece en el mismo pupitre durante la jornada lectiva.

Dentro del aula, ante la negativa de la Junta de reducir la ratio, como han solicitado muchos colectivos, los responsables de los centros intentan ganar espacio dentro de ellas, tratando así de conseguir la máxima distancia entre los estudiantes.

“Todo aquel mobiliario que no es estrictamente necesario, lo hemos eliminado, necesitamos tener cuanto más espacio, mejor”, apunta Miguel Ángel Alcedo, director del Alfonso X.

Hay que tener en cuenta que, tal y como ha recomendado la Consejería, la creación de los llamados grupos de convivencia va a suponer también algo especial para este regreso. Con esta distribución, que será obligatoria en Infantil y primer curso de Primaria, se intenta que el contacto entre niños sea mínimo, ya que dichos grupos sólo interaccionarán entre sí. Pueden abarcar desde un aula, una línea, un ciclo, una etapa educativa o un colegio entero (si éste es muy pequeño, como ocurre con las escuelas rurales). Además, en caso de un positivo el rastreo será mucho más fácil de realizar.

Pero donde hay más temor por parte de los directores y directoras es en el recreo, y para ello la mayoría de los centros ha optado por escalonar los accesos a éste de cada grupo, algo que también se repetirá en los servicios escolares como el comedor. Hasta que no salga uno, no podrá entrar el siguiente.

Para hacer más llevaderos y seguros los recreos, muchos colegios han prestado especial atención al tema de las fuentes. Así, la clásica fuente en la que todos hemos bebido agua en el recreo, cambiarán su fisononía.

Algunos centros han optado directamente por cerrarlas para evitar sustos, y otros las han dividido para que la distancia personal se mantenga lo máximo posible.

Pese a todo, como bien ha insistido el consejero Javier Imbroda, el “riesgo cero no existe”, por lo que habrá que extremar la prevención al máximo.

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