Fútbol l Tercera División

La ley del más fuerte y la pegada del campeón

  • El Industrial noqueó en el último cuarto de hora a un Sanluqueño mejor plantado y que tuvo ocasiones para adelantarse

El Sanluqueño puso el fútbol y el Jerez Industrial los goles; los de Ali jugaron y manejaron el partido hasta que los de Fontana abrieron la lata. A los visitantes les sobró el último cuarto de hora y a los locales, los primeros setenta y cinco minutos. Así es el fútbol, el Atleti no mereció la derrota por juego y entrega y el Industrial buscó la victoria hasta que la consiguió. El que perdona, paga, y el Sanluqueño lo pagó bien caro: falló sus ocasiones -en especial dos de un Salamanca al que sólo le faltó el gol para completar un partido de manual-, todo lo contrario que el Industrial, espeso y maniatado, al que Roberto sacó del atasco en la primera ocasión clara. La primera y adentro.

Ahí se acabó el partido, porque el Sanluqueño ni pudo reaccionar, ya que la pegada del Industrial fue demoledora: en tres llegadas en el último cuarto de hora, tres goles. Tres dianas y tres puntos para empezar el año, rompiendo así con la racha de tres derrotas consecutivas.

El derbi arrancó con el Sanluqueño bien plantado, sin dejar maniobrar a un Industrial que compareció con Servando en la mediapunta despistando con el '2' a la espalda y Selu en el lateral derecho. Ali supo buscarle las cosquillas a los blanquiazules y entre Fran y José Mari taparon la salida del balón por el centro a Chema y Paquito, porque en los laterales Selu y Julio se buscaban los problemas ellos solos.

Así, los primeros acercamientos fueron del Sanluqueño, casi siempre tras robar en el centro del campo y buscar las cosquillas por la izquierda, por donde Manolo Parejo encontró un filón con un Selu que fue de menos a más -y que acabó dando dos asistencias de gol-; Salamanca estuvo a punto de cazar dos balones en el área y Piñero otro en envíos desde la izquierda, mientras el Industrial enseñó los dientes en un mano a mano esquinado de David Narváez que ganó Jero.

Pero la ocasión más clara de la primera mitad fue, pasada la media hora, de Fran, en un empalme desde dentro del área que Chiqui desvió tirándose a ras de hierba y el balón, milagrosamente, salió fuera por poco tras una parábola que superó a Edu Villegas. Fontana movió piezas -David Narváez y un desaparecido Nono cambiaron de banda- como antes lo había hecho Ali, pasando Alberto Piñero a la derecha y metiendo por el centro a Chico.

La primera mitad, espesa y con los polvorones en plena digestión, murió con una falta lateral de José Mari que rozó Mere y se perdió rozando el poste. No hubo más ocasiones, pero no faltó pelea, brega, fallos e imprecisiones, buenas intenciones y voluntad. Un partido espeso, rozando el tostón, y trabado porque así lo dispuso el Sanluqueño sin que el Industrial pudiera sacudirse la pegajosa presión visitante.

No mejoró el panorama en la segunda mitad, aunque Fontana intentó arreglarlo con la entrada de Manu, que devolvió al Industrial a un dibujo más académico: el recién entrado a la media punta y Servando al doble pivote con el omnipresente Chema.

Mientras, el Sanluqueño seguía a lo suyo: sin complicaciones atrás, José Mari y Fran robaban para buscar a Chico y Manolo Parejo en la izquierda -Piñero desapareció en la segunda mitad- y en una de estas un centro al que no llegó Edu Villegas en su salida lo cabeceó Salamanca alto.

El Industrial empezaba a perderse en pelotazos arriba, la mayoría sin sentido o facilitando el trabajo a la defensa visitante cuando Fontana tocó a rebato y llamó a filas a Roberto, pero fue Salamanca el que tuvo la segunda en otro centro de Manolo Parejo que no acertó a despejar Julio. El Sanluqueño estaba en sus mejores momentos y el Industrial le veía las orejas al lobo, atascado pese a que Manu dio más sentido al juego local.

Así estaban las cosas cuando a un cuarto de hora Roberto rompió el partido y abrió la lata. Servando le robó la cartera a José Manuel, hizo la pared con David Narváez y asistió a Roberto, que definió con calidad ante Jero. El Industrial empezó a gustarse -Servando hizo una cachita de tacón-, Chema se agrandó y liquidó el partido en la primera oportunidad que tuvo, en una falta lateral. La ocasión la pintaban calva y Chema cabeceó de forma impecable una falta lateral muy bien sacada por Selu ajustando el balón al palo.

Y el broche lo puso Orife minutos después de avisar en una buena internada de Selu: recibió un pase en profundidad del lateral, recortó a un defensa en el pico del área y la mandó con la zurda bombeada y con efecto al segundo palo, lejos de la estirada de Jero. Un golazo.

Mucho premio para el Jerez Industrial, que lo buscó, y mucho castigo para el Sanluqueño, que no lo mereció. La ley del más listo, la ley del más fuerte: la pegada marcó las diferencias en el derbi.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios