Diez meses después de su grave lesión, el centrocampista sevillano Francisco Javier Vázquez vuelve a sonreír. El capitán del Jerez Industrial está en la fase final de su recuperación, cinco meses después de la operación del cruzado anterior y menisco externo a la que fue sometido por el doctor Madrigal.

Con las únicas molestias típicas tras tanto tiempo de inactividad, Vázquez se incorporó la pasada semana a los entrenamientos y ya cuenta los días para reaparecer. El medio apunta, a este respecto, que "me queda todavía un poquito para competir de verdad. Llevo cinco meses y medio desde que me operé y todos los movimientos los hago con mucha más certeza que antes".

De hecho, Vázquez comenzó la pretemporada en el San Roque antes de que se conociese el ascenso industrialista: "Me cogía cerca de casa y me venía bien para la rodilla". Con el alta médica en el bolsillo, aún deberá pasar una revisión a principios de septiembre, pero "Madrigal me vio en julio y me dio el visto bueno para empezar la pretemporada".

Así, Vázquez se encuentra "cada vez mejor aunque me cuesta todavía en balones divididos y a la hora de defender todavía te piensas cómo colocar la pierna. Son detalles, aunque con el balón en los pies y a la hora de golpear estoy seguro de lo que hago. Pero sí es verdad que todavía hay un poquito de miedo".

Desde Lepe siguió las noticias acerca del Jerez Industrial y confiesa que en algún momento vio más cerca el ascenso del Almería B: "Al principio se veía muy claro, luego llegaron noticias de que en Linares se estaban moviendo y ya no estaba tan claro. Hubo dos o tres días que veía que no, que el equipo se quedaba en Tercera". Sin embargo, apunta que "por fin se hizo desde la Federación algo razonable aunque en Linares no estén de acuerdo. No era lógico que con esa deuda tuviera viabilidad en Tercera y además con un juez que tenía que decidir por ellos y a lo mejor tres días antes de comenzar la competición. No tenía ni pies ni cabeza", al tiempo que reconoce que "la suerte ha cambiado para el Industrial".

Con el equipo en Segunda B, las expectativas son enormes pero Vázquez señala que "hay que ser realistas y el objetivo será mantener la categoría. Miedo ninguno, al revés, una gran ilusión pero el objetivo es ir ganando partidos para salvar la categoría y luego a ver lo que nos depara el grupo".

A nadie escapa que el Industrial está en la categoría de bronce por los problemas económicos de otros clubes, en este caso el Linares, y que nadie está libre de esa soga: "No nos podemos liar la manta a la cabeza y decir que está todo muy bien. Hay que ser consecuentes con lo que se hace y tener unos gastos acorde a los ingresos y andar con pies de plomo porque el año que viene nos podría tocar a nosotros, aunque salvando las distancias la deuda que podamos tener nosotros no tiene nada que ver con la de estos equipos".

Los primeros días ya le han servido para otear varias cosas, por ejemplo el estilo de juego y la personalidad del nuevo técnico industrialista. Así, explica que Nico Sosa es un "entrenador serio con un buen trato con el futbolista y con experiencia" y aunque "he visto poco y hay poca gente y no se pueden trabajar algunos aspectos veo que quiere mucho dinamismo y juego rápido y eso nos viene bien porque ya nos caracterizamos por eso años atrás".