La colmena

Magdalena Trillo

mtrillo@grupojoly.com

¡Escasea la cerveza!

Ni los piquetes ni el populismo de Vox son excusas para no mover ficha y sentarse a negociar

¿También nos quedaremos sin poder desconectar con una cervecita y un brindis?

¿También nos quedaremos sin poder desconectar con una cervecita y un brindis?

El abastecimiento de cerveza en bares, restaurantes, tiendas y supermercados está en el aire. Lo acaba de advertir Heineken, uno de los gigantes de la distribución en nuestro país, instando a las administraciones a tomar medidas de forma inmediata. No podemos esperar al día 29 como planea el Gobierno para fijar un plan de choque contra los precios disparatados de la gasolina. No lo dice la cervecera, pero debería. Ya nos pasó hace dos años con las mascarillas cuando se desató la pandemia del Covid y nos vuelve a pasar ahora con los efectos colaterales de la guerra de Ucrania. Países de nuestro entorno como Portugal, Francia e Italia mueven ficha y aquí nos lo pensamos.

La crisis energética se está comportando como la crisis sanitaria: acelerando todos los procesos y agigantando los problemas estructurales que arrastra desde hace décadas la frágil economía española. Y con un diabólico efecto dominó. De la construcción a la restauración. De la amenaza de ruina en sectores clave del PIB como la agricultura, la ganadería y la pesca al impacto directo en nuestros bolsillos. Si hacemos un ejercicio de frialdad y responsabilidad, tal vez deberíamos empezar a asumir que el precio de una guerra a las puertas de Europa, con un país peligrosamente dependiente de las importaciones, lo acabaremos pagando entre todos. Y que, aunque todos tenemos razones para ser salvados, no todos podemos ser salvados.

Primero fue el acopio de papel higiénico, fue el símbolo con el que los españoles evidenciamos los estragos del confinamiento, y ahora es la falta de leche, harina o aceite de girasol en los supermercados la imagen icónica que nos vuelve a recordar que no hay crisis sin consecuencias. Porque ni el paro de los transportistas era tan "minoritario" como decía la ministra ni parece que España pueda permitirse un Gobierno que ningunee a todo un sector. ¿Ni se sientan a negociar por cuestiones de representatividad, distraídos en pulsos internos de poder y escondidos en el uso partidista que haya podido hacer la ultraderecha? La actuación violenta de los piquetes no se puede negar (ya ocurrió en la huelga del metal, reflejando otra asignatura pendiente en nuestro país) y tampoco el populismo de Vox alentando las protestas. Pero ninguna de estas dos realidades deslegitima la movilización, no convierte en "delincuentes" a quienes fueron "héroes" en pandemia, ni hace menos urgente exigir al Gobierno que gobierne. Actuando en el corto y largo plazo y fijando prioridades.

Lo de la cerveza es una anécdota o quizá no. Bienvenida sea si sirve para reaccionar.

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