La colmena

Magdalena Trillo

mtrillo@grupojoly.com

Los chiringuitos del feminismo

Lo que acaba de decidir Europa es que cambia la hoja de ruta: toca invertir en seguridad, no en bienestar

La ministra de Podemos Irene Montero.

La ministra de Podemos Irene Montero.

Irene Montero cae mal. El mayor pecado de Pedro Sánchez no fue formar Gobierno contando con el apoyo de los independentistas (¿quién no ha sido rehén de catalanes y vascos en nuestra historia reciente?); fue situar en puestos clave del Ejecutivo a mujeres podemitas (no como florero) y además hacerlo con presupuesto.

Otra mujer, Díaz Ayuso, lo ha denunciado haciendo un impecable ejercicio de demagogia en su carrera a contrarreloj por integrarse en Vox: "Estamos para salir a lo urgente, el aquí y el ahora, y no a agendas políticas e ideológicas". ¿Quién no apoyaría este golpe de sensibilidad con los trabajadores y las familias que ya soportan los precios volátiles de la gasolina, la energía y la cesta de la compra? Pero si fuera una solución, si fuera verdad.

Les explico. La presidenta de la Comunidad de Madrid se refería a los 20.319 millones que el Gobierno ha destinado al tercer Plan Estratégico para la Igualdad que se ejecutará en los próximos cuatro años con una gestión transversal de varios ministerios. Mejor dotado, pero no muy diferente al que aprobó Rajoy. En realidad, aunque pareciera que es un sobresueldo para los chiringuitos feministas de la ex pareja de Pablo Iglesias, se trata de pagar los permisos de maternidad y paternidad, financiar guarderías públicas, acabar con la brecha salarial o luchar contra las violencias machistas.

El anuncio se realizó con motivo del 8-M y todavía escuece. Desde Vox llevan días advirtiéndonos: "El Gobierno nos va a sacar 450 euros a cada español". Así contado, extraña que no hayamos asaltado las calles. O no lo hagamos por que la Agencia Tributaria esté haciendo caja con el precio de la gasolina como ha alertado Núñez Feijóo: 250 millones adicionales al mes. Nada dice el nuevo líder del PP, menos mal que era el moderado, de que casi la mitad va a las comunidades y menos aún dicen unos y otros de qué hace un Estado democrático con los impuestos de todos. Incluido el gasto millonario que sigue costando la pandemia.

Será por eso que toda la oposición aplaude sin fisuras el compromiso de Pedro Sánchez de llegar al 2% en el presupuesto de Defensa. Resulta impensable cuestionarlo en un momento en el que hasta cuesta escribir que haya una amenaza real de III Guerra Mundial, pero no nos hagamos trampas al solitario: lo que acaba de decidir Europa es que cambiamos la hoja de ruta. Que después de medio siglo de progreso y de paz, toca invertir en seguridad, no en bienestar.

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