ópera

'Los pescadores de perlas'

  • El otro Bizet

Hay compositores que, a pesar de haber desarrollado una larga trayectoria creadora, han pasado a la Historia por un sólo título. Mascagni y Leoncavallo son dos casos típicos. Pero también Georges Bizet ha sufrido en buena parte ese ostracismo. Es evidente que una obra de la envergadura, la potencia dramática y la riqueza musical de Carmen basta por sí misma para cimentar la fama de su autor, pero también lo es que la vida creadora de Bizet no se agota con la desastrada vida de la cigarrera sevillana, sino que hay otras composiciones que merecen ser tenidas en cuenta.

  

Es el caso de Les pêcheurs de perles, una ópera que no suena en Sevilla desde los remotos tiempos de las temporadas del Lope de Vega, cuando Alfredo Kraus hizo del personaje de Nadir una de sus tarjetas de visita predilectas. Al menos en España, esta ópera tiene algo de aire maldito, porque fue en una de sus representaciones cuando Julián Gayarre, tras fallar un Do sobreagudo se sintió indispuesto, se retiró y falleció a los pocos días.

   

Sobre un libreto bastante convencional de Carré y Cormon, que en principio se iba a ambientar en la Galia romana, después en el México cortesiano para acabar en el lejano Ceilán precolonial, el argumento narra los amores prohibidos entre una sacerdotisa (Léila) y el pescador de perlas Nadir, con la rivalidad interpuesta del sacerdote Nourabad. Está claro, pues, que tenemos un conflicto clásico en medio de la ambientación exótica tan querida a la ópera francesa de mediados del XIX, con el esperable final feliz.

   

A pesar de este exotismo argumental, la música de Bizet se detiene casi nada en retratar mediante sonidos las armonías orientales y obedece más bien a los modelos de la opéra-comique: melodías sencillas y conmovedoras, grandes escenas corales, el inevitable dúo de amor y el final espectacular. Entre todo esto, los mejores momentos son el dúo Nadir-Zurga, el aria de Léila y, sobre todo, el aria de Nadir Je crois entendre encore, con un Do superior no escrito (en realidad lo da el oboe) pero que ningún tenor renuncia a dar para triunfar.

Programa:

Ópera en tres actos con libreto de Michel Carré y Eugène Cormon y música de Georges Bizet (en versión de concierto) l  Dirección musical Pedro Halffter l Solistas Roberto Alagna y Nathalie Manfrino l Real Orquesta Sinfónioca de Sevilla  l Coro de la A. A. Maestranza

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