Jazz

Fondo y forma

  • El guitarrista Ben Monder debuta en ECM con un álbum atmosférico, misterioso y con una pátina de electrónica.

Amorphae. Ben Monder

Aunque publicado recientemente, Amorphae es un proyecto que viene de lejos. Concretamente de los años en que el inquieto guitarrista Ben Monder (Nueva York, 1962) formó parte de la Paul Motian Band durante sus grabaciones para el sello ECM ya entrado el nuevo siglo. Concebido como un ciclo de duetos entre Monder y el legendario batería, la muerte de Motian en 2011 interrumpió un bloque de registros que había arrancado con el singular acercamiento a Oh, What a Beautiful Morning del tándem clásico formado por Richard Rodgers y Oscar Hammerstein y con la breve composición conjunta Triffids. Ambos quedan ahora recogidos en un álbum que Monder decidió completar en diciembre de 2013 con la aportación de otro activista de la batería -Andrew Cyrille- además de con los sintetizadores de Pete Rende como invitados en dos piezas.

En su primer registro para la marca ECM, Monder enarbola un prisma paisajístico y atmosférico hasta ahora prácticamente inédito en su discografía. La improvisación copa un panorama expansivo, surcado por texturas abiertas, ritmos entrevistos y conclusiones fantasmales, casi apocalípticas, como las expuestas en Dinosaur Skies, siempre en las antípodas de la ortodoxia jazzística y con conexiones con otros guitarristas como Terje Rypdal o David Torn. Misterio y tenebrismo se dan la mano en esta seductora entrega, amiga de la atención y enemiga de la urgencia. Un desafío para oídos en busca de retos donde también resulta llamativa la aparición de Sun Chung en labores de producción; una función habitualmente copada por el capo Manfred Eicher, quien cede aquí espacio en unas tareas en las que hasta ahora se había mostrado casi omnímodo.

Aunque la firma de Monder sólo figura como líder en seis álbumes, su faceta como colaborador es apabullante y se plasma en un centenar largo de discos. Las últimas asociaciones han situado su guitarra en proyectos dirigidos por colegas del peso de la directora y compositora Maria Schneider o, fuera del ámbito jazzístico, el recientemente desaparecido David Bowie en cuyo postrero Blackstar (2016) participó junto a Donny McCaslin, Mark Guiliana, Tim Lefebvre o Jason Lindner.

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