Cultura

Fuego en Jerez

  • Sangre, sudor y fuego, teatros, peñas y la calle hacen del Festival de Jerez, que acaba de cerrar su XIX edición, una de las citas indispensables del calendario flamenco anual.

Me sorprendió que el programa de mano, que hacía referencia a los diez años transcurridos en 2014 desde la muerte de Antonio Gades, no lo hiciera a los cien del estreno de El Amor Brujo en 2015. Según el mismo documento, Fuego, la coreografía que Gades hizo sobre la magna obra de Falla, se estrenó el pasado año en España. Aunque en su Historia del Baile Flamenco Navarro García asegura que en 1989, año de su creación, esta obra "estuvo tres meses en el Teatro Monumental de Madrid". Este ballet, que pudimos ver en el pasado Festival de Jerez, es el cuarto acercamiento de Gades a una obra por la que no sentía especial predilección.

El primero fue en 1967 para la obra homónima del director cinematográfico Rovira-Beleta que protagonizó el bailaor de Elda. Sobre este trabajo construyó su propia coreografía de El Amor Brujo en 1969, para la que se reservó el papel de Espectro, aunque en la película había sido Carmelo. Un Espectro de evidentes resonancias escuderianas, ya que Vicente Escudero, maestro de Gades, incorporó al personaje en múltiples ocasiones incluyendo la segunda versión de la obra, de 1925, montada por la compañía de La Argentina en París. No era esta obra del gusto de Gades, como declaró en algunas entrevistas, a pesar de lo cual completó su trilogía fílmica con Saura en 1986 con este título. Tres años después presentó en el Teatro Châtelet de París este Fuego que ahora hemos visto en Jerez. Aunque basado en la película, el ballet presenta numerosas variantes respecto a su trabajo previo con Saura, que también firma como coreógrafo en el mismo. Gades hace una lectura psicoanalítica del libreto original firmado por Martínez Sierra aunque escrito por María Lejárraga. Gades trata de subrayar los contenidos flamencos de la obra y para ello incluye sevillanas, villancicos y una canción de Lole y Manuel que no estaban en el original, naturalmente. La consecuencia es que estas dos partes heterogéneas, la fiesta y la historia de Candelas, jamás se llegan a articular con solvencia.

La obra original fue compuesta por Falla para Pastora Imperio que la cantó, la declamó y la bailó. Y fue grabada por otra flamenca, La Argentinita, en la versión más flamenca hasta la fecha de la obra, a pesar de que ningún flamenco posterior la ha tenido en cuenta. La Argentinita canta y baila por bulerías la Canción del fuego fatuo que en Jerez escuchamos grabada en la espléndida voz, aunque no tan flamenca, de Rocío Jurado. En Fuego Gades retoma coreografías de su primer ballet inspirado en Falla, de 1969 como decíamos.

Fuego fue una de las pocas novedades, relativa como digo, de la XIX edición del Festival de Jerez, que presentó pocos estrenos. Uno de ellos fue la obra El baúl de los flamencos de la excelente bailaora madrileña Concha Jareño. No obstante, la documentación se olvidó de señalar que la obra está basada en una conferencia llamada El baile y sus complementos que se presentó el 29 de mayo de 2013 en la Sala BBK de Bilbao.

Más inmediatas, menos teatrales, fueron las propuestas de Manuela Carrasco, los hermanos Campallo o Pastora Galván. En esta línea de flamenco directo, el espectáculo que más me emocionó fue el de una propuesta marginal. El día 2 de marzo estaba programado el cantaor Miguel Lavi en la peña flamenca Los Cernícalos, en el corazón del barrio de San Miguel. A última hora, y ante la imposibilidad de Lavi, que estaba cubriendo otro compromiso, de desplazarse a Jerez, el grupo de Carmen Ledesma lo sustituyó en una tarde memorable. Ledesma, que también intervino en el espectáculo Sangre del Teatro Villamarta, ofreció en Los Cernícalos su arte descarnado, visceral, ante dos centenares de abigarrados espectadores que sufrimos los rigores de las altas temperaturas que hemos alcanzado estos días en Jerez.

Son las dos caras de un festival de baile flamenco imprescindible que, desde su sede central en el mencionado teatro, se extiende por todos los rincones de la ciudad en sucesivas y paralelas programaciones (la oficial, la lateral, la marginal, la off...) inundando de flamenco la capital del caballo y el fino.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios