Música

Manuel Carrasco cumple en Sevilla su sueño "más grande"

Manuel Carrasco cumple su sueño "más grande" en Sevilla

Manuel Carrasco cumple su sueño "más grande" en Sevilla / JESÚS JIMÉNEZ HITA

Me dijeron de pequeño dónde vas, que tú no puedes. Veinte años después, Manuel Carrasco no sólo demuestra que puede, sino que saca matrícula de honor y roza el título de leyenda. El artista, que en su última vista a la ciudad ya rozó límites de afluencia estratosféricos (más de 45.000 personas lo vieron en el Villamarín), se convierte este sábado en el artista español que congrega a un mayor número de público.

Más de 70.000 personas se reunirán este 11 de junio en el concierto que Manuel Carrasco ofrece en el Estadio de la Cartuja, un recital que muchos ya catalogan como histórico y para el que propio artista se muestra nervioso, como ha dejado ver en redes sociales. "Ya me tienes nerviosito, Sevilla", escribía en sus cuentas de Instagram y Twitter. 

Sevilla hace tiempo (mucho tiempo) que espera a Manuel Carrasco y la espera, que esta vez no ha sido dulce, por fin llega a su fin. El onubense, que ha cambiado hasta el nombre de la gira y ha lanzado una nueva canción con la que invita a celebrar la vida, actúa por fin en la ciudad y los sevillanos lo viven como todo un acontecimiento, con independencia de lo histórico que pueda resultar el concierto.

Después de una semana que pasará a la historia como una de las más emblemáticas de la ciudad (hay que recordar que estos días han visitado la ciudad bandas internacionales como los Red Hot Chili Peppers y los Guns N' Roses y el 16 de junio lo hará Alejandro Sanz), Manuel Carrasco  regresa a Sevilla para demostrar que los sueños, los suyos, se cumplen y que su amor por la ciudad es para toda la vida.

El idilio de Manuel Carrasco con Sevilla

El concierto de Manuel Carrasco en Sevilla El concierto de Manuel Carrasco en Sevilla

El concierto de Manuel Carrasco en Sevilla / Antonio Pizarro

La relación (o el idilio) que Manuel Carrasco tiene con la ciudad es algo que viene de largo. Como las relaciones de antes, el de Isla Cristina y su público sevillano se fueron enamorando de a poco, como esos amantes que se rondan con intensas cartas de amor. Una relación cocida a fuego lento en la que la adoración es mutua. De ahí que cuando el artista, después del exitazo de su concierto en el Estadio Benito Villamarín, anunciase que la última cita de se Cruz del mapa sería en Sevilla la locura se desatase y en cuatro horas se colgase el cartel de no hay billetes.

Era diciembre y la palabra pandemia todavía nos parecía sacada de una película apocalíptica cuando sus seguidores agotaron (como ya es habitual) las entradas para un concierto que se prometía antológico, aunque por aquel entonces no se sabía que batiría un récord nacional. Fechado para el 19 de junio de 2020, el concierto con el que Manuel Carrasco cerraría su gira La cruz del mapa nunca llegó a realizarse. Ahora, dos años después de su fecha inicial, el artista y sus seguidores podrán disfrutar de una experiencia arrebatada, pero muy añorada.

Mucho ha llovido, para el artista y sus seguidores, desde que se pusiera la primera fecha para el concierto del Estadio de la Cartuja. Dos años no pasan en balde y ni los rostros son los mismos (hay arrugas que antes no estaban) ni las experiencias vitales (la pandemia ha pasado factura a todos). La espera, eterna y frustrante, merece mucho más la pena que en anteriores ocasiones, y no porque sea el primer artista en congregar en solitario a más de 70.000 almas, sino porque esas mismas almas saben lo que se encontrarán cuando el de Isla Cristina se suba al escenario.

Con el mercurio rozando también límites estratosféricos (para este fin de semana se prevén temperaturas de más de 40º), el último concierto de Manuel Carrasco en Sevilla empezaba con una sevillana en la que el artista contaba a su pequeña Chloe los motivos por los que venía a cantarle a la ciudad (porque él le canta a Sevilla, no canta en Sevilla). No había entonado aún ninguno de sus famosos himnos y ya se había ganado a un Villamarín que, con lágrimas saltadas, coreaba el nombre de Lolo como si le fuera la vida en ello. Su clásica bulería, en la que recorre los rincones más emblemáticos de la ciudad, se acuerda de la Macarena y del Señor de Sevilla y hace un repaso por los sevillanos más ilustres, terminaba de afianzar ese idilio que ya dura años. Décadas.

El sueño "más grande" de Manuel Carrasco

Manuel Carrasco en su concierto sorpresa en la Plaza de España el pasado diciembre. Manuel Carrasco en su concierto sorpresa en la Plaza de España el pasado diciembre.

Manuel Carrasco en su concierto sorpresa en la Plaza de España el pasado diciembre. / Juan Carlos Muñoz

Los credenciales con los que Manuel Carrasco llega a Sevilla no pueden ser mejores. Aunque no siempre ha sido un artista que llena estadios, sus seguidores más fieles hace años que lo esperan a las puertas de cualquiera que sea el lugar en el que actúe. El artista, que empezó tocando en pequeñas salas, ha ido ampliando su aforo en cada visita a la ciudad. De las pequeñas salas pasó a espacios mayores, como el Teatro Lope de Vega o el Teatro de la Maestranza. Con conciertos en formato acústico, el de Isla Cristina siempre colgaba el cartel de no hay billetes.

De ahí que tuviese que ampliar fechas o trasladar su espectáculo a espacios con un mayor aforo, como el Auditorio Rocío Jurado, donde actuó por última vez en junio de 2014. Aunque el verdadero salto lo dio en 2016. Aquel año, en el que también recibió la Medalla de Andalucía, Manuel Carrasco batía récords al congregar a 45.000 almas en el Estadio de la Cartuja. Luego vendría el Estadio Benito Villamarín y de nuevo la Cartuja, desde donde lo esperan algunos de sus fans desde hace más de una semana. Una forma perfecta de cerrar un círculo y empezar a consagrar la leyenda.

Como todas las leyendas, Manuel Carrasco también tuvo un sueño, "uno de los más grandes, y que Sevilla es testigo y culpable de que ese sueño se esté cumpliendo", expresaba sobre el escenario en una de sus últimas actuaciones en la ciudad. Pero el de Isla Cristina no siempre lo tuvo fácil. Fiel a sus principios, el artista se mantuvo firme y no se vendió a una industria que quiso aprovechar su tirón mediático tras hacerse popular por su participación en Operación TriunfoCuántas veces han intentado/Que vendiera mis principios/Menos mal que no pudieron/Arrancarme de mi sitio, reza la canción con la que arranca este artículo (Me dijeron de pequeño).

Veinte años con la música como timón

Manuel Carrasco en el concierto del Estadio de la Cartuja de 2016. Manuel Carrasco en el concierto del Estadio de la Cartuja de 2016.

Manuel Carrasco en el concierto del Estadio de la Cartuja de 2016.

Incansable, constante y con la música como timón, aquel muchachito que tocaba la batería en la taza del wáter de su casa y entonaba una letrilla por la voluntad en el bar donde su padre paraba al regresar de faenar desafió lo establecido y hoy es un grande de España (que para serlo no hacen falta títulos de nobleza, que se lo digan a Nadal). Lanzó al mercado un primer trabajo, Quiéreme (2003), cuyo tema Que corra el aire sonaba en todas las emisoras a principios de los 2000. A este le siguieron Manuel Carrasco (2004), Tercera parada (2006), Inercia (2008), Habla (2012), Confieso que he sentido (2013), Bailar el viento (2015) y el más reciente, La cruz del mapa (2018).

Cuatro años después del lanzamiento de su último trabajo, el artista regaló a su público una de las canciones más sentidas del confinamientoPrisión esperanza. A principios de año, Manuel Carrasco volvía a coger lápiz y papel para componer Fue y Hay que vivir el momento, los dos nuevos temas con los que el artista regresa a los tan añorados, por él y sus fans, escenarios.

La del sábado se prevé como una velada épica, en la que no faltarán clásicos como SabrásY ahora Tan sólo tú y también habrá lugar para himnos como Qué bonito es quererMujer de las mil batallasSígueme, con esperado lanzamiento de pandereta. Una bulería a la Sevilla de su corazón, la locura desatada en Amor planetario y tres horas de directo en el que el artista se deje la piel es a lo que aspiran las más de 70.000 almas con las que este sábado Manuel Carrasco cumple su sueño y pasa al Olimpo de la música nacional.

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