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Una formación para la esperanza

  • La Orquesta Ciudad de Baza, que sorprendió durante su última aparición en el FEX, podría convertirse en un nuevo modelo musical para llevar el repertorio clásico a todos los pueblos de Granada

Cuando el pasado 3 de julio se subió a la tarima de la Plaza de las Pasiegas para interpretar la Quinta sinfonía de Beethoven dentro de las actividades paralelas del Festival Internacional de Música y Danza de Granada, el público no podía salir de su asombro. Que la provincia tuviera una formación musical de la calidad que exhibió la Orquesta Ciudad de Baza (OCB), integrada por profesionales y semiprofesionales, todos ellos voluntarios, y fundada hace tan sólo tres años, era no una tremenda sorpresa, sino una agradable esperanza. La música goza de muy buena salud en Granada.

"Lo único que nos queda para que seamos profesionales es que los músicos cobren", dice con cierta ironía Ramón Llorente, fundador y director de la formación. "Porque el nivel de calidad es muy alto y los integrantes son muy buenos".

La orquesta nació en 2008 casi por casualidad. "Me hicieron un encargo con el coro Alcazaba para poner en escena el Requiem de Mozart. Yo trabajaba en el Conservatorio y sondeé a varios de los alumnos y profesores para formar una orquesta. Les pareció bien. Siendo bastetano, me fui a mi pueblo para ver la viabilidad de una formación con el nombre de Baza. La acogida fue muy buena y el Ayuntamiento de Baza puso el dinero para cubrir los gastos. Y desde entonces existimos".

La OCB cuenta con 65 músicos y el dinero que recibe es para pagar las facturas, comprar partituras, las dietas por los desplazamientos, el aquiler de instrumentos... "Pero nosotros no cobramos nada", señala Llorente. Ese voluntarismo de los integrantes siempre tiene un límite, y más en estos tiempos de crisis. "Por eso el concierto del FEX fue una inyección de ánimos para nosotros. Para mí, la OCB es mucho más que una orquesta de chicos. Es una orquesta profesional. Pienso que las instituciones deberían apoyar más a los músicos granadinos, porque hay un montón de ellos que se tienen que ir de Granada al no encontrar aquí las oportunidades necesarias".

Ramón Llorente es muy consciente de la relevancia de la música en Granada. "La mayoría de los políticos se plantea la cultura en términos económicos, y la cultura no da beneficios, pero sí da muchas otras cosas". El director plantea la necesidad de que la música viaje a todos los pueblos de la provincia, que llegue a lugares en donde la gente jamás ha visto una orquesta sinfónica. Y ese podría ser el papel en el futuro de la OCB si las administraciones tuvieran una visión más cultural.

La OCB ya demostró todo su verdadero potencial el pasado mes de junio en el Conservatorio de Granada, donde tiene su residencia, al interpretar tres de los conciertos para piano y orquesta del compositor granadino Juan Miguel Hidalgo. Esos conciertos van a ser ahora editados en CD. "Pero la música en CD no es la mejor manera de escuchar música", objeta el director. "La música tiene que escucharse en vivo".

En Granada hay tres orquestas clásicas o sinfónicas y una barroca. ¿Demasiadas? "No", dice el director. "Porque ninguna de ellas compite con las otras. Todas se complementan unas a otras". Eso define el espíritu que se respira en la ciudad de inquietudes artísticas y, sobre todo, de la enorme cantira de músicos que hay en la provincia. La Orquesta Ciudad de Baza tendría un papel ideal difundiendo la música clásica entre la gente que no suele tener acceso a ella de manera habitual y que no puede desplazarse a la ciudad para asistir a un concierto de la Orquesta Ciudad de Granada.

El problema es que la falta de recursos económicos hace que se corra el riesgo de desmoralización de los músicos y que, tras años sin cobrar o cobrando tarde, decidan buscar su futuro en otros lugares de España. Llorente es consciente de ello. "Muchos tenemos otro trabajo para vivir y esto lo hacemos de forma voluntaria", comenta. "Pero si un músico no puede vivir de tocar, se desanimará".

La orquesta ya ha recibido también propuestas para trabajar con jóvenes compositores como el propio Hidalgo o Sergio García de la Puente, autor de bandas sonoras cuyo nombre comienza a resonar con fuerza en el mundo del cine en Madrid.

El caso es que, todo el que ha visto en directo a la formación bastetana, se ha quedado impresionado por su tremenda calidad, por su sonido exacto y por sus magníficas ejecuciones. Ahora sólo hace falta que este nuevo barco surge un nuevo mar.

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