Nocturama

Penas y alegrías de Guadalupe Plata

  • El grupo de Úbeda actúa la semana próxima en Nocturama

  • La formación continúa con su apuesta por el 'blues' y el folclore en un disco que incluye la relectura de una corralera

Los Guadalupe Plata, en un cartel de Mäik Maïk (El Rapto).

Los Guadalupe Plata, en un cartel de Mäik Maïk (El Rapto).

Antes de convertirse en Guadalupe Plata, "cuando aún no éramos una banda como tal", el guitarrista Pedro de Dios Barceló y el batería Carlos Jimena montaron un espectáculo, The Rocky Horror Boogie Show, "en el que íbamos ataviados con cascos y boas. Creamos aquella propuesta con una idea muy simple: queríamos tocar blues", recuerda Jimena. Han pasado unos años de aquello –el grupo sacó su primer ep en 2008, y desde entonces han publicado cinco elepés–, pero la formación no se ha traicionado: en su camino los de Úbeda no han olvidado a sus "referentes, nuestros patrones celestiales, Houng Dog Taylor, Skip James... Trabajamos sin perder de vista nunca eso", explica Jimena; y su discografía reincide en ese sonido caluroso, envolvente y espectral que los músicos defendían cuando empezaron. Este mes, el día 27, regresan a Sevilla para embarcar al público del Nocturama en otro viaje por esas tierras pantanosas en las que les gusta adentrarse.

La historia de los Guadalupe Plata es tal vez el ejemplo de que la fidelidad a uno mismo no está reñida con la búsqueda: como dice Mark Kitcatt –de Everlasting Records, el sello que edita sus trabajos– parafraseando a John Peel, los jiennenses encarnan la filosofía de always different, always the same [siempre diferentes, siempre con lo mismo]. "Hemos pasado por diferentes fases, según qué disco nos hemos acercado a unas cosas y a otras, pero tengo la sensación de que siempre hemos tenido lo que le ponen a los mulos para que no se salgan del camino y sigan arando en la misma dirección", asiente Jimena. "Nunca hemos desertado de dónde somos, de nuestra tierra, y eso ha dejado impronta en nuestras canciones: hemos metido bombo de Semana Santa o detalles de flamenco que están un poco escondidos, porque el blues y el flamenco hablan de lo mismo, de las penas y las alegrías, y lo hacen con mucho sentimiento", resume el batería.

"El 'blues' y el flamenco hablan de las penas y alegrías con el mismo sentimiento", dicen

En Guadalupe Plata (2018) –es una tradición que la banda no ponga títulos a sus trabajos, identificables por sus fechas de lanzamiento–, los músicos que transformaron un barreño de zinc en un bajo artesanal han encontrado nuevas posibilidades, con ayuda del productor Raúl Pérez (La Mina), en una botella de anís, "una bandurria destartalada y algún sonido de puertas viejas, con el fin de añadirle un tinte de la España profunda". De ese folclore español, en el que se sumergieron gracias a la serie documental Raíces, han tomado una corralera, que reinterpretan en la poderosa Corralera del veneno. "Cuando empezamos a escuchar algunas muestras del género nos quedamos impresionados. ¡Qué follonazo se monta cuando las cantan!", exclama Jimena. "Es un caos y, sin embargo, por una gracia extraña, todo ese caos crea un sonido homogéneo, perfecto".

Los Guadalupe Plata, en una foto reciente subida a sus redes sociales. Los Guadalupe Plata, en una foto reciente subida a sus redes sociales.

Los Guadalupe Plata, en una foto reciente subida a sus redes sociales.

También, tras versionar a Violeta Parra en su disco anterior, los Guadalupe se inspiran ahora en un clásico de su hermano Roberto, El afuerino, que llevan a su terreno en una pieza titulada Lo mataron. "Es una canción hermosísima, pero la letra es terrible, en la línea de lo crueles que pueden ser los relatos tradicionales: habla de un hombre al que asaltan, al que le hacen de todo y al que acaban asesinando. Pero tiene una atmósfera tan evocadora...", dice el batería.

Corralera del veneno, por cierto, cautivó al mismísimo Iggy Pop, que pinchó el tema en su programa de radio. Y aquélla no era la primera vez que divulgaba un tema de Guadalupe Plata. "Es como el papa del rock, ¿no? Piensas que ese tipo de personas se alejan de la música, pero parece que este hombre investiga lo que se hace, no se ha aislado en su olimpo. Nosotros estamos encantados, claro", reconocen.

Los Guadalupe vuelven a los escenarios con la formación con que comenzaron: Paco Luis Martos, compañero durante años, ya no gira con ellos "porque está muy cargado de trabajo, no ha habido ningún desencuentro. Pedro y yo sentimos ahora que volvemos a los orígenes", concluye Jimena. De aquellos tiempos conservan todavia el entusiasmo.

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