Cultura

El mono mira al cielo

  • Mesas redondas y 'showcases' protagonizan las primeras horas del 'Monkey Week', pendiente de que la amenaza de lluvia no entorpezca o impida el desarrollo de sus conciertos al aire libre

Con la lluvia amenazando la celebración de los conciertos programados hoy en los escenarios al aire libre, el Monkey Week, Muestra Internacional de Música Independiente, ha vuelto a convertir a la localidad gaditana de El Puerto de Santa María, por segundo año consecutivo, en epicentro de la industria musical española.

Música en vivo, hasta el momento de redactar estas líneas, no ha habido mucha -aunque la fiesta de bienvenida a los profesionales acreditados, con el grupo La Débil como plato fuerte, consiguió completar anoche el aforo de la sala Mucho Teatro-, pero sí que se ha hablado de ella en las diversas mesas redondas celebradas desde la mañana de ayer.

Las primeras contaron con escaso público. Los acreditados llegan de manera escalonada y conferencias como las de David Aristegui, en torno a las licencias Creative Commons, apenas fueron seguidas por una decena de espectadores.

Con la audiencia en crecimiento, la mañana del viernes completó su oferta debatiendo sobre la siempre extraña relación entre música y televisión -sin aportar, la verdad, mayores prospecciones de futuro- y el papel de los blogs en la información musical -a menudo visto con recelo desde la prensa musical convencional-.

Ya por la tarde, y con el peliagudo papel de los patrocinadores como leit motiv, del encuentro, la mesa Amigos en el infierno auguraba un atractivo sólo cumplido a medias: entre tanto patrocinador se echaba en falta a algún patrocinado presto a sacar los colores e incluso a algún periodista, en el papel de moderador, capaz de plantear cuestiones menos complacientes.

Con todo -esto es: el repaso a las excelencias del mecenazgo por parte de marcas de bebidas alcohólicas, energizantes o entidades financieras-, la charla entre Daniel Simón (freelance encargado de la programación del espacio cultural de la Caja de Ahorros del Mediterráneo), Jorge Gómez (de la distribuidora de bebidas Varma), Sergi Noé (de Red Bull) y Helena Ruiz (de Heineken), dejó algunas interesantes ideas para la reflexión.

La principal, asumida por todos los presentes en la mesa, es que el patrocinio de marcas comerciales no pasa ya por la impresión del consabido logo en el cartel de éste o aquél evento -que Noé definió con humor como "el cementerio de los logos"-, sino por la implicación directa en el mismo o, más allá, en la organización de eventos propios.

Así, mientras Heineken abandona el Festival Internacional de Benicàssim, mima eventos impulsados desde la propia marca, como el Heineken Green Space valenciano o el Heineken Music Selector, que lleva actuaciones de músicos ajenos al mainstream por todo el país.

"El modelo de patrocinio fue pionero en su día, pero hoy no es diferencial, y si no peleas por seguir siendo pionero, pierdes mucho por el camino. La fórmula del macrofestival se ha agotado", aseguró Helena Ruiz.

Pese a que la crisis económica fuerza a afinar las inversiones -"Ya no se hacen locuras como antes. Se mide mucho el presupuesto y dónde se pone el dinero", expuso Jorge Gómez-, no parece un factor determinante para según qué tipo de patrocinadores. "Sí, estamos en crisis, pero nosotros vamos a invertir más en cultura que en deporte. No es una cuestión de estrategia, sino de afinidad", dijo Noé, quien señaló que, incluso en épocas de vacas flacas, o quizás por ello mismo, los conciertos se siguen llenando de público dispuesto a divertirse.

El papel de las radios on-line centró el siguiente y último debate, que reunió en el Teatro Pedro Muñoz Seca a un representante de Scanner FM, Carlos Medina; otro de Rockola FM, el veterano Joaquín Guzmán; y a un tercero de Music Victim, KiIian Sala. En resumen, tres modos por completo diferentes de entender el concepto de radio a través de internet: de la sesión continua a modo de hilo musical basada en las afinidades expresadas por el usuario a un formato similar al de radio convencional, pero con las ventajas e inconvenientes fruto de su existencia en la red -disponibilidad en cualquier horario frente a limitaciones de movilidad-.

Aún a la espera del "gran trasvase" de la audiencia desde el espectro radioeléctrico a internet -"¿no os parece que llevamos una década hablando de ese tránsito?", apuntó con tino el moderador, Josep Lluís Micó, de Digilab-, la discusión estriba en la necesidad o no de acudir a la figura del prescriptor -esto es, el locutor especializado-, en este nuevo panorama radiofónico vía banda ancha. "Para jukebox ya tenemos Spotify", se dijo. Un aserto sin discusión.

Con la mañana de hoy casi por completo dedicada a la presencia institucional y parainstitucional -ha sido Francisco Galindo, secretario general de SGAE, el encargado de hablar de Políticas culturales relacionadas con la música, en lugar de hacerlo, por ejemplo, un representante de ministerio de Cultura-, el teatro ha acogido su primera actuación a eso de las 12:00, con una Ainara Legardón contundente y eléctrica, acompañada sólo por un batería, convertida en sabroso aperitivo del desfile que esperamos. Eso sí, si el tiempo lo permite...

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