En el Ciclo de Música(s) Contemporánea(s) del Central, y "no, por fortuna, en ninguna institución flamenca", apunta él con mordacidad, Niño de Elche interpretará por segunda vez Raverdial, el proyecto que junto a Los Voluble (los hermanos Benito y Pedro Jiménez) presentó el pasado junio en el festival Sónar de Barcelona. Para decirlo con sus palabras, aquello fue "un bombazo", una de las actuaciones más aclamadas y comentadas en la cita de referencia en España para la música electrónica y experimental, lo cual acrecentó aún más el formidable impacto de su trabajo en estos últimos meses, en los que también publicó Voces del extremo, disco nacional de 2015 para varios medios y revistas especializadas.

Por todo ello, su presencia en la inauguración del ciclo el próximo día 24 adquiere un relieve aún mayor. En Raverdial, título que funde los términos "verdiales" (por el palo flamenco y la antiquísima fiesta campesina) y "rave" (las fiestas de música electrónica, al menos originariamente inmersas en una mentalidad más amplia de activismo underground), Niño de Elche se unió a Los Voluble, de los que partió el germen del proyecto en unos talleres de la UNIA, y más tarde al guitarrista Raúl Cantizano y al miembro de Pony Bravo Pablo Peña, para tender entre estas dos culturas un puente que, de todos modos, dice él, ya estaba ahí.

"Nosotros no hemos unido nada, esa unión ya existía. Nos hemos limitado a hacer ver que las cosas no están tan alejadas como a veces se piensa. Los conservadurismos estéticos no tienen sentido hoy día, eso es si acaso lo único que nosotros queremos recordar. Yo parto de la necesidad de mezclarme con lo que me rodea y con lo que todos entendemos que es la tradición, y por supuesto de escucharme a mí mismo con honestidad, y no tanto de mezclar estéticas: es todo mucho más natural que eso", dice el cantaor.

Con ese espectáculo tan especial, a caballo entre el flamenco profundo y de resonancias ancestrales y la electrónica de textura robusta de las raves, complementadas con proyecciones de vídeo en directo, probablemente la propuesta "más provocativa" del ciclo de Música(s) Contemporánea(s), dará inicio esta nueva edición, que "obedece más que nunca" a esas eses que se añadieron el año pasado, comenta Manuel Ferrand, director del Área de Música de la Junta y programador del ciclo junto a su colaborador Ángel Gómez. "Todos los conciertos de este año son de música actual, aunque no necesariamente académica, y todos rompen moldes e incitan a la heterodoxia, que es lo que creemos que debe promover un ciclo así: ir más allá de los límites estrictos y de las fronteras. Es cierto que antes la mayor parte de la música que se escuchaba en el ciclo provenía del ámbito de la música escrita, pero progresivamente se ha ido abriendo a otras propuestas sin perder esa continuidad".

Una muestra de esa "fidelidad a la trayectoria" del ciclo llegará, sin más demora, en la segunda cita del mismo, el 16 de marzo. Ese día, el cuarteto berlinés Kuss Quartet ofrecerá un concierto de cámara "de primer nivel, algo por desgracia cada vez menos fácil de encontrar en Sevilla", en el que interpretarán obras históricas y de hoy, unidas como en un juego de espejos por el tema de la vida y la muerte. En los atriles, La doncella y la muerte de Schubert y Las siete últimas palabras de Cristo en la cruz de Haydn junto con piezas de los contemporáneos Harrison Birtwistle y Thomas Adès.

Otra gran singularidad del ciclo será su atención a dos óperas absolutamente infrecuentes. La primera llegará el 6 de abril: Siempre/todavía, una ópera "sin voces" escrita por Alfredo Aracil, Premio Nacional de Música 2015, interpretada por el pianista Juan Carlos Garvayo e ilustrada con imágenes y textos del diseñador Alberto Corazón. La segunda, An Index of Metals, la interpretará el 27 de abril Zahir Ensemble, formación sevillana que recreará el peculiar universo del italiano Fausto Romitelli, que antes de su temprana muerte en 2004 a los 41 años se había dedicado a lo que Ferrand llama "una tarea dinamitadora de las fronteras entre géneros y entre la música culta y la popular". En esta Index of Metals, que el compositor calificó como "poema eléctrico", conviven los códigos del espectralismo, la corriente académica de la que más bebió, el rock psicodélico (hay samples de Pink Floyd) y la electrónica (también incluye interludios del grupo de technode autor Pan Sonic).

Mundialmente reconocido en el terreno de la música antigua, en especial en el repertorio vocal del Renacimiento en su condición de integrante del veterano ensemble británico Hilliard Ensemble, el tenor John Potter también ha realizado proyectos más aventureros siguiendo "un concepto extremo de heterodoxia". El 6 de abril, Potter presentará junto a Anna Maria Friman, Ariel Abramovich y Jacob Heringman una serie de obras de aire entre folclórico y renacentista, pero cuya composición fue encargada a músicos de una tradición diferente, miembros de célebres grupos de rock entre los que se cuentan John Paul Jones (Led Zeppelin), Tony Banks (Genesis) o Sting (The Police).

En 2014, In C, de Terry Riley, cumplió 50 años, y en homenaje a la que es una de las piezas más emblemáticas, influyentes, hipnóticas y enigmáticas tanto de su autor como de la explosión del movimiento minimalista, el compositor y guitarrista brasileño Aurélio Elder-Copes hizo una versión sorprendente de una pieza que ha conocido todo tipo de relecturas. El músico, antiguo alumno de la Cátedra Manuel de Falla, convirtió la obra, compuesta para grupo instrumental, en un tapiz para una sola guitarra eléctrica y electrónica y la rebautizó In C+50. Además de ésta, tocará también In Resonance, escrita expresamente para su actuación en el ciclo.

En la clausura de éste, el 11 de mayo, el grupo hispalense Taller Sonoro interpretará un programa, Radicales libres, con obras de jóvenes o jovencísimos compositores: Javier Torres Maldonado, Frank Bedrossian, Iñaki Estrada y Bruno Mantovani, muchas de ellas estreno absoluto en España.