La celebración conocida como Halloween tiene su origen en el país irlandés, aproximadamente alrededor del año 100 D.C. Según a historia popular, Halloween era tradicionalmente un festival pagano de los celtas, los cuales conmemoraban el nombre de Samhain. Este concepto procede de un término gaélico y viene a traducirse como "fin de la cosecha".

Era durante la celebración de Samhain cuando los celtas reunían diversas provisiones y realizaban numerosos sacrificios de animales como tributo a la llegada del invierno. De hecho, era durante esta noche cuando los celtas pensaban que los espíritus de los muertes regresaban al mundo mortal. Para evitar esto se encendían grandes hogueras para que los malos espíritus no se acercaran. 

La noche más terrorífica del año en Irlanda

Tras su ancestral origen, la tradición de celebrar Halloween se ha ido asentando en la sociedad irlandesa y a nivel global. En el país irlandés la gente se disfraza con sus trajes más terroríficos y salen a provocar miedo. También es muy tradicional usar linternas dentro de las calabazas en así todos los hogares irlandeses.

Para esta celebración se recurre al dulce típico del país conocido como barm brack, un bizcocho que puede contener en su interior o un anillo o un penique. Si conseguimos alguno de estos regalos tendremos una fortuna u otra, tal y como reza el refrán irlandés alusivo a este postre tradicional: “Te casarás este año si encuentras el anillo y tendrás fortuna si encuentras el penique”.

Fruto de su origen celta también se encuentra el hecho de encender hogueras para mantener a raya a los malos espíritus que quieran atravesar la frontera al mundo mortal y morar durante esta noche en los hogares. Gracias a su larga tradición y su origen, Irlanda se ha convertido en cuna de algunos de los festivales de Halloween de mayor popularidad en el mundo entero. 

Irlanda sigue siendo referente de la noche de Halloween, además de por ser el origen de toda la festividad , por sus ciudadanos, capaces de mantener viva con el paso de los años esta tradición cada 31 de octubre. Asimismo, si optamos por vivir una experiencia escalofriante en el país irlandés, no debemos dejar pasar la oportunidad de visitar algunos de sus lugares más terroríficos. Es el caso del castillo de Dublín, lugar en el que el escritor irlandés Bram Stoker se inspiró para su célebre obra, Drácula. Otro de los castillos más visitados en esta época es el castillo de Ballygally en Irlanda del Norte; o el Loftus Hall, el edificio más embrujado de toda la isla y donde se cuenta que el diablo se presentó a una pequeña niña de la zona. Desde entonces, el espíritu de la niña se encuentra perdido irremediablemente dentro de sus pasillos.