Cultura

La trompeta toca a degüello

  • La música de Dimitri Tiomkin para 'Rio Bravo' (1959), uno de los mejores westerns de todos los tiempos, reluce en una impresionante nueva edición.

Rio Bravo (Special Collectors Edition). Dimitri Tiomkin. Intrada / Warner.

De verdadero acontecimiento podemos calificar la aparición de este disco doble con la banda sonora completa de Dimitri Tiomkin (1894-1979) para el que sin duda es uno de los mejores westerns de todos los tiempos, Rio Bravo (1959), de Howard Hawks.

Pero no sólo un acontecimiento para aficionados y coleccionistas, también para historiadores y filólogos de la música de cine, ya que la edición en dos CD rescata el score completo del padre del sonido más reconocible del género e impulsor de su deriva temática en los años 50, no en la manera habitual en la que solían editarse comercialmente estas bandas sonoras, a saber, en un formato seleccionado, pulido y recortado apto para el disco LP y con el tema principal como reclamo, sino en su integridad, incluyendo todos esos pasajes dramáticos, por breves que estos fueran, y en versiones alternativas, incluso las descartadas tras el montaje definitivo (una primera versión llegaba a las tres horas), lo que ofrece una idea más real del propio proceso de composición y modificación de la música en su ensamblaje final.

Por si todo eso no fuera poco, los responsables del sello Intrada y del archivo sonoro de Warner han realizado una labor de recuperación y restauración sonora encomiable, hasta el punto en el que puede percibirse perfectamente la textura analógica y monoaural de la grabación original, los matices y sonidos impuros de las sesiones orquestales, dirigidas, como era costumbre, por el propio Tiomkin.

En conjunto, la edición presenta así, en rigurosa anotación y orden cronológico de aparición en el film, el score dramático completo, un total de 72 minutos de música dividida en 40 piezas, junto a una serie de materiales extra que incluyen 23 minutos de tomas alternativas o descartes, entre ellas las diversas versiones de la música del trailer, el popular De Guella, y los dos temas, My rifle, my pony and me (en las voces de Dean Martin y Ricky Nelson) y el no menos popular y cabalgante Rio Bravo, también con letra de Paul Francis Webster, silbado o cantado indistintamente por Martin e incluido también aquí en la versión single que fue comercializada por el sello Capitol.

El score de Rio Bravo bien pudiera ser una pieza sinfónica para orquesta y trompeta solista, protagonizada por ese memorable y emblemático De Guella (originario de la caballería mexicana: toque a degüello, lucha sin cuartel) que sería luego recuperado por Tiomkin en El Alamo y citado y homenajeado por Morricone en los spaghetti-westerns de Sergio Leone.

La escritura orquestal de Tiomkin se reserva los habituales tutti para las contadas secuencias violentas de duelos y tiroteos. La apertura nos ofrece una música suave y apacible escrita para guitarra, armónica y metales graves. A medida que la película avanza, la música se irá empapando de color hispano, con ráfagas de guitarras y guitarrones mexicanos o florituras de marimba o xilófono. El filme se balancea entre la tensión creciente y un fino humor de camaradería masculina que se traslada también a la historia de amor (apuntada por un tema interpretado por el trombón) entre el socarrón John Wayne y una deslumbrante Angie Dickinson.

Pero una vez que entran en escena los acordes de De Guella, su ritmo marcial y constante, su carácter dramático y elegíaco, su melancólico toque a despedida y a muerte, éste ya nunca nos abandonará. Hasta hoy.

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