Jesús Fernández Baena. Músico

"Cada vez vendemos más discos"

  • La Galanía publica 'Pegaso', una colección de Tarquinio Merula (1595-1665) que nunca se había grabado completa. El tiorbista comenta las claves del nuevo álbum.

Merula: Pegaso. La Galanía. Raquel Andueza. Anima e Corpo (Semele).

Aunque nació en Osuna por cuestiones de logística hospitalaria, a sus 39 años Jesús Fernández Baena se siente y se declara estepeño. En Estepa vivía su familia y en Estepa inició su formación musical junto a Alonso Salas, hasta que tocó ir a Sevilla a estudiar instrumentos de cuerda pulsada con Juan Carlos Rivera. En la capital participó activamente del bullente ambiente en torno a la música antigua que conoció la ciudad en la década de 1990, y como muchos de sus compañeros de generación acabó ampliando estudios en La Haya. Hoy es uno de los tiorbistas más reconocidos y prestigiosos de España. Desde 2003 actúa en dúo con la soprano navarra Raquel Andueza con quien fundó poco después el conjunto La Galanía y el sello Anima e Corpo, marca con la que acaban de presentar su cuarto disco, que recoge la grabación completa de Pegaso, una colección de música religiosa del compositor italiano del siglo XVII Tarquinio Merula.

-¿Cuál es el contenido musical de esta recopilación?

-Pegaso es una colección de música religiosa que reúne salmos, motetes, una canzona instrumental para violín y violone solistas y unas letanías a la Virgen. Salvo la canzona, el resto de obras son vocales y están escritas para formaciones diversas, que van desde el solo al quinteto, siempre acompañados del bajo continuo, aunque en algunos casos la instrumentación incluye también dos violines.

-No se trata de una obra muy conocida de Merula, ¿cómo la conocen y por qué deciden grabarla?

-El interés viene desde un par de años antes de que nos pusiéramos a grabar, lo que hicimos finalmente en enero de este 2014. Gracias a internet hoy tenemos acceso a un volumen cada vez mayor de música, y navegando por una biblioteca de Bolonia me encontré con este Pegaso, que desde el principio me llamó la atención. Le encargamos la edición moderna a nuestros amigos de Ars Hispana y la dejamos descansar un tiempo en las estanterías de casa, para finalmente decidimos a realizar el proyecto de grabación, lo que no resultó fácil. Pero sin duda la calidad de la música merecía el esfuerzo para darla a conocer.

-¿Qué dificultades presentaba la música y la grabación?

-Musicalmente, la principal dificultad derivaba de la exigencia técnica y de la amplitud de registro que exige de los cantantes, sobre todo en la parte del alto, con una tesitura realmente grave, sobre todo en los solos, no tanto en los cuartetos, pero Marta Infante solventa esos escollos perfectamente. Del trabajo del resto de voces del conjunto estamos también muy satisfechos. Otro problema era el de la financiación, pues el programa demandaba el grupo de músicos más numeroso con el que hemos trabajado desde la fundación de La Galanía. No contamos con ayuda de ningún tipo para afrontar este tipo de proyectos y tuvimos que producirlo completamente, como los anteriores.

-¿Qué papel juega Merula en el desarrollo del barroco italiano, tanto en la música instrumental como vocal?

-Hasta ahora, Merula ha sido un compositor bastante poco conocido, sobre todo en el ámbito de la música vocal. Pero en Pegaso se puede comprobar que su música no tiene nada que envidiar a la de los mejores compositores del Seicento italiano: es una música fresca, descriptiva, muy bien escrita y original. Además Merula demuestra su maestría con los bassi ostinati, como en la obra que abre el disco, Laetatus Sum, en la que además, y hasta donde sabemos, recurre a un bajo que sólo utiliza él. En el terreno instrumental es bien conocida su importancia en el desarrollo de la canzona.

-Es éste el cuarto disco publicado por Anima e Corpo. En el camino, La Galanía ha pasado de ser un dúo o un trío a un conjunto de hasta 13 miembros. ¿Cómo llevan el éxito?

-Nuestro principal propósito es hacer las cosas lo mejor posible. Es cierto que tenemos la suerte de haber recibido buenas críticas, de que no dejen de salirnos conciertos (sobre todo en el extranjero) y además de vender discos, supongo que por todo el esfuerzo y dedicación que hay detrás de cada uno. La formación del grupo varía dependiendo del programa, pero creo que donde logísticamente más cómodos nos sentimos es en el formato pequeño o mediano, entre cuatro y ocho músicos, al menos de momento. En cuanto a los discos, hasta ahora hemos tenido que reeditarlos todos y creo que tendremos que volver a hacerlo de nuevo, por lo que estamos muy contentos. Desde principios de año, contamos además con la mejor distribución internacional que pudiéramos soñar con Outhere, por lo que podemos decir que nuestros discos cada vez se venden más y en más países.

-¿Salen menos conciertos en España?

-Le pongo un ejemplo: antes de la publicación de Pegaso, ya había festivales en Alemania, Bélgica y Francia interesados en un proyecto que es un estreno mundial. A día de hoy, con el disco ya en el mercado, ningún festival español se ha interesado todavía…

-¿Cuál es el próximo proyecto de La Galanía?

-El siguiente disco, que ya está grabado, será la continuación del primero que hicimos con el grupo, Yo soy la locura, con obras españolas y europeas con texto en español del siglo XVII. Para la reconstrucción de algunos de los bailes típicos de la época, como la jácara, la zarabanda y la seguidilla, hemos contado con la gran ayuda del musicólogo Álvaro Torrente. En este disco también ampliamos plantilla: a la guitarra barroca y la tiorba le sumamos el arpa, el violín y la percusión. Y para el siguiente trabajo volveremos seguramente al Seicento italiano, pero aún no está definido el programa. Hay tanto donde elegir...

-Usted participó en la formación y el desarrollo de algunos de los más importantes conjuntos barrocos sevillanos, ¿cómo se ve la música antigua en Sevilla desde fuera?

-Se la ve con muy buena salud. Conjuntos como la OBS, músicos como Juan Carlos Rivera, Guillermo Peñalver, Ventura Rico, Fahmi Alqhai, Vicente Parrilla... o el Femás son auténticos referentes en el terreno de la música antigua. Seguro que, como en todas partes, existen dificultades y hay que luchar mucho para sacar los proyectos adelante, pero desde fuera la impresión es muy buena. Personalmente tengo además mucho que agradecer a todos esos músicos que he citado.

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