El objetivo es compatibilizar las actividades agrícolas con la conservación de las diferentes especies animales y vegetales ligadas al medio acuático.

La Junta editará un manual para agricultores que ayude a mantener la biodiversidad de las balsas de agua

  • La Consejería de Medio Ambiente, a través de la Agencia Andaluza del Agua, está elaborando un “Manual de recomendaciones de Construcción y Manejo de balsas” en el que se recopilan las medidas fundamentales para hacer de estas masas de agua un medio propicio para el desarrollo de biodiversidad y con el menor impacto posible sobre el medio ambiente.

En el documento se proponen técnicas de manejo sostenible de las balsas que permitan compatibilizar y mejorar las funciones agronómicas y ambientales. El objetivo es compatibilizar las actividades agrícolas, habitualmente las más impactantes para los ecosistemas acuáticos, con la conservación de la biodiversidad ligada a este medio.

Tras inventariar y conocer la gran cantidad de balsas existentes en Andalucía, más de 16.500, se han examinado y los primeros resultados indican que las balsas artificiales, según cómo sean utilizadas, pueden favorecer o perjudicar al medio natural. La guía proporcionará fórmulas y alternativas para intentar que las balsas sean lo más naturalizadas posible. Para ello habrá que fomentar el uso de sustratos naturales en lugar de impermeables y sin adicción de productos químicos, ya que así se favorece la presencia de plantas y organismos acuáticos, además de ganar en la calidad de dichas aguas.

Gracias al muestreo de más de 250 balsas representativas de Andalucía, también se ha podido constatar el papel relevante de algunas de estas masas de agua como refugio de ciertas especies de anfibios y el peligro que suponen para la introducción de especies exóticas, como la carpa o el cangrejo rojo. Asimismo, se está estudiando la posibilidad de la relación causa-efecto entre la existencia de determinadas plantas acuáticas, la diversidad de los organismos y la calidad del agua de las balsas,

Para llegar a estas conclusiones, previamente la Agencia Andaluza del Agua, junto con un equipo formado por investigadores de las universidades de Sevilla, Almería y Granada, así como personal de la empresa pública Egmasa, han desarrollado un proyecto para conocer el patrimonio natural constituido por el conjunto de las balsas de Andalucía y determinar las potencialidades ambientales asociadas a las pequeñas masas de agua artificiales.

Los objetivos de este Plan Andaluz de Balsas se centran en conocer la importancia de las balsas de Andalucía para la conservación de la biodiversidad; clasificarlas atendiendo a criterios de construcción, uso y distribución geográfica, para posteriormente relacionarlas con la biodiversidad; y estudiar la calidad del agua y cómo mejorarlas.

Inventario Andaluz de Balsas     

En una primera etapa del proyecto, concluida a finales de 2006, se elaboró un exhaustivo inventario de las balsas de Andalucía para lo que se emplearon diversas imágenes satélites y fotografías aéreas. El estudio permitió inventariar un total de 16.543 balsas distribuidas por las ocho provincias andaluzas y permitió saber que más de la mitad se concentran en Almería para el riego agrícola y son de origen artificial.

Por provincias, Almería es la zona que concentra mayor número de balsas, un total de 8.730, el 5 por ciento del total de la comunidad autónoma, de las que más de 6.000 corresponden a pequeñas masas de agua al servicio agrícola de los invernaderos. Le siguen Huelva, con 1.952; Sevilla, con 1.391 balsas; Jaén, 1.256; Córdoba, 1.059; Granada, 936; Málaga, 640 y Cádiz, que con 587, es la zona con menor número de masas de agua.

Por criterios de uso, el uso agrícola y ganadero es el más extendido y representa el 91 por ciento de las balsas de agua andaluzas. En concreto, el riego agrícola es el más utilizado, con 4.981 balsas; le sigue el uso ganadero con 2.318 balsas, y otras 578 que combinan ambos usos. El inventario identifica también un 7 por ciento de las balsas que se dedican a uso exclusivo de invernaderos. Le sigue el número de balsas al servicio de la industria y las empleadas para la minería.

En una segunda etapa, y tomando como punto de partida la información obtenida en el inventario, se procedió a realizar una selección de pequeñas masas de agua artificiales que fueran representativas del conjunto de balsas del territorio andaluz. Para ello, se tuvieron en cuenta aspectos como la localización geográfica, las condiciones climáticas, el área superficial, el tipo de construcción, el origen del agua, el grado de naturalización y el manejo de la balsa.

Una vez seleccionadas las balsas consideradas más interesantes y representativas, se realizó un muestreo intensivo efectuándose cuatro visitas a cada balsa, una por cada estación del año. En total, se inspeccionaron alrededor de 250 balsas, y se seleccionaron 139 que fueron caracterizadas morfológica y estructuralmente, y analizadas las características de sus aguas y sedimentos.

Junto con los muestreos, se han realizado encuestas a los propietarios o gestores sobre los aspectos relacionados con el uso y manejo de las balsas, obteniéndose información para comprender el comportamiento de estos sistemas tan condicionados por el hombre. Los resultados obtenidos con este estudio permitirán el desarrollo de una gestión ambiental y agronómicamente compatibles de balsas de riego.

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