El Consejo de Ministros ha aprobado esta semana un acuerdo del Ministerio del Interior relacionado con la seguridad en las carreteras, por el que se va a realizar una nueva inversión en los equipos para la medición de velocidad tanto fija como en diferentes tramos por carretera, por importe de 14 millones de euros. 

La medida ha sido aprobada en el último Consejo de Ministros y anunciada por la ministra de Política Territorial y portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, que mencionó que el año pasado fallecieron en carretera 1.004 personas, en buena parte por los excesos de velocidad. Por lo que la Jefatura Central de Tráfico contará con 14.490.617 euros disponibles para la "contratación del suministro e instalación de cinemómetros de velocidad instantánea fijos y de velocidad media en tramo en carreteras".

La compra de los nuevos radares tiene que pasar un proceso burocrático en el que se definirá cuántos y qué tipos de radares la Jefatura Central de Tráfico adquirirá, unos datos que, de momento, se desconocen. Sin embargo, la última información disponible es que fuentes de la Dirección General de Tráfico (DGT) han indicado que se trata de 46 instalaciones ya anunciadas por el director general del organismo, Pere Navarro, en la Comisión sobre Seguridad Vial del Congreso de los Diputados. En ella afirmó que habrá 20 nuevas cabinas y 26 radares, de ellos 10 fijos y 16 de tramo. 

La posible compra e instalación de más radares de tramo sigue la misma línea que las últimas declaraciones pronunciadas por el mismo Pere Navarro. En marzo, el director aseguró que este tipo de cinemómetros eran "más justos" que los situados en un solo punto y que serán mucho más efectivos para vigilar la prohibición de superar los 90 km/h a la hora de adelantar en una carretera secundaria.

Según las estadísticas con que cuenta la DGT, la tercera causa de los accidentes mortales desde 2016 son los excesos de velocidad, por detrás de las distracciones (con casi un tercio del total) y el consumo de alcohol y drogas. Además, durante el año pasado, la DGT ingresó 444 millones de euros en multas, un 9% más que en 2019. E impuso casi 4,8 millones de sanciones, de las que 2,2 millones llegaron desde los radares fijos (incluidos los de tramo). Es decir, casi el 46%, a las que habría que sumar otras 863.000 denuncias de radares móviles (otro 18%).