Con un rediseño centrado en el frontal el Opel Crossland -ya sin la X que antes acompañaba a esta denominación- empezará a venderse a principios del año que viene. Este SUV pequeño -mide 4,21 m de largo- ve como se modifican sus faros, parrilla y paragolpes para aproximar su aspecto al de otros Opel recién llegados al mercado como los Mokka.
Entra a formar de su gama el nivel GS Line que incluye llantas de 17”, las más grandes que puede tener este SUV; techo negro y una línea roja, así como asientos AGR delante o faros LED adaptativos entre el equipamiento funcional. Los asientos traseros mantienen la posibilidad de deslizar y reclinarse individualmente.
En el chasis, Opel dice haber mejorado la dirección. Además, el Crossland cuenta con sistemas de asistencia como el head-up display, alerta de colisión con frenado automático de emergencia y detección de peatones, alerta de cambio de carril, de fatiga del conductor y de aviso de vehículos en el ángulo muerto. También de una cámara panorámica trasera que permite ver 180º por detrás del coche, un asistente de aparcamiento automático en línea o paralelo con el que el conductor sólo acciona pedales o cambio y un control de velocidad de crucero que tiene en cuenta las señales de tráfico.
Los motores de que disponen son, en gasolina, dos versiones del 1.2 Turbo de 110 y 130 CV, en este último caso con la posibilidad de que el cambio sea un automático de seis velocidades en lugar del estándar manual; en tanto que en Diesel se ofrecen dos versiones del 1.5, una con cambio manual y 110 CV y otra con la caja automática con 120 CV.
Contarán con el apoyo de un control de tracción que Opel denomina Intelligrip, de funcionamiento semejante al Grip Control de los Peugeot o Citroën y que permite, mediante un mando rotatorio, determinar el funcionamiento de diferentes elementos en función del terreno por el que se circula: asfalto, nieve, barro, arena o un modo para desactivar el ESP.
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