Max Verstappen cuenta ya las carreras que le restan para proclamarse por segundo año consecutivo campeón del mundo de Fórmula 1. El piloto de Red Bull se ha impuesto en un decepcionante Gran Premio de Italia que ha acabado entre los abucheos de la hinchada ferrarista. Un safety car por una avería de Ricciardo a cuatro vueltas del final agitó el tramo final de la cita en Monza, pero el coche de seguridad se marchó dentro del último giro y el neerlandés pasaba bajo la bandera ajedrezada agitada por el campeonísimo Giacomo Agostini.

Giacomo Agostini, 15 veces campeón del mundo de motociclismo, ha dado el banderazo de llegada.

Charles Leclerc, que una vez más desaprovechó una 'pole', ha acabado en la segunda posición acompañado por George Russell (Mercedes), mientras que Carlos Sainz, que salía al fondo de la parrilla tras penalizar por el cambio de su unidad de potencia, ha protagonizado una gran remontada que sólo le ha valido para ser cuarto. Por su parte, Fernando Alonso ha tenido que abandonar a mitad de carrera. El español era partidario de cambiar el motor de su Alpine y penalizar en este gran premio, pero el equipo no pensó lo mismo -Ocon ya salía desde atrás por este motivo- y el coche del asturiano dijo basta a mitad de la cita italiana.

Verstappen ha cimentado su quinta victoria consecutiva en el gran ritmo que ha tenido tanto con el neumático blando como con el medio. El campeón partía desde la séptima plaza debido a las penalizaciones de este fin de semana, pero en apenas cuatro vueltas ya se había situado segundo en persecución de Leclerc. Desde Ferrari se optó por variar la estrategia y mandó al box al monegasco, que salió con medios para intentar llegar hasta el final de la carrera.

El coche de Ricciardo, siendo retirado por la grúa.

A partir de ahí, el de Red Bull lideró la carrera con un gran ritmo, mientras Leclerc alargaba su stint, pero sin la velocidad necesaria para recortar distancias. Pasó de nuevo por el box para poner blandos y buscar una remontada que nunca llegó y cuando por fin se atisbó la posibilidad de que hubiera carrera con el safety de Ricciardo se tardó demasiado en retirar el McLaren y la prueba acababa sin batalla.