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Acaba el motín de los guardias de fronteras de Bangladesh con al menos 12 muertos

  • El motín comenzó el miércoles tras una discusión a la que siguió un tiroteo entre guardias del cuerpo, que reclamaban mejoras salariales, y sus altos mandos, que pertenecen al Ejército.

Después de 36 horas de tensión, negociaciones, promesas de amnistía y amenazas de asalto militar, los guardias de fronteras de Bangladesh han puesto fin a un motín en su cuartel general de Dacca en el que al menos 12 personas han perdido la vida. "La situación está bajo el control completo del Gobierno. Los miembros del BDR (los Bangladesh Rifles) han rendido sus armas totalmente", anunció a la prensa el portavoz de la jefa del Gobierno, Abul Kalam Azad.

Vehículos de la Policía entraron en el complejo del BDR en el centro de Dacca y tomaron el control de su verja principal y de la armería, mientras los amotinados ondeaban banderas blancas y soltaban a unos 150 rehenes, según el relato de varios medios bangladeshíes. "El Batallón de la Policía Armada ha tomado el control de la armería del cuartel general del BDR", corroboró el viceportavoz del Gobierno, Mahbubul Alam Shakil.

La entrega de armas se efectuó en presencia de la ministra del Interior, Sahara Khatun, que había penetrado en el cuartel a primeras horas de la tarde por segunda vez para lograr la rendición total de los guardias que aún insistían en su revuelta. "Me han entregado las llaves de los dos arsenales tras entregar sus armas", explicó Khatun al salir del cuartel.

El motín comenzó el miércoles tras una discusión a la que siguió un tiroteo entre guardias del cuerpo, que reclamaban mejoras salariales, y sus altos mandos, que pertenecen al Ejército. Tras el tiroteo, en el que se empleó armamento pesado, cientos de guardias rebeldes se atrincheraron en el complejo en el centro de Dacca y tomaron a sus oficiales como rehenes.

Varias delegaciones del Gobierno han acudido al cuartel a negociar con los amotinados y también la primera ministra, Sheikh Hasina, recibió en su residencia a una delegación para escuchar sus demandas. Pero las promesas de amnistía y de cumplimiento paulatino de sus reivindicaciones profesionales que hizo ayer Hasina no sirvieron para convencer a todos los guardias de que depusieran su actitud. Los más rebeldes exigieron que el Ejército retirara su cerco al cuartel y se marchara de los otros 46 que este cuerpo tiene en el resto del país.

De hecho, se multiplicaron las noticias de tiroteos y tensión en varios cuarteles del BDR, que hicieron temer que el motín se extendiera por el país. Hasina optó entonces por amenazar a los guardias con la fuerza, en un mensaje televisado en el que les conminó a "no poner a prueba" su paciencia obligándola a "medidas severas". Al mismo tiempo, el Ejército envió tropas con tanques y vehículos acorazados a rodear el complejo en Dacca, lo que hizo temer un inminente asalto. Tras la rendición, el Gobierno formó cinco equipos encargados de rescatar a los rehenes -oficiales del Ejército y sus familias- y de evacuar a las víctimas del motín.

De momento, distintas fuentes oficiales han confirmado el fallecimiento de 12 personas, tres de ellas civiles, y de unos 40 heridos a resultas del motín, pero un miembro del Gobierno calculó esta madrugada que puede haber al menos 50 víctimas mortales. El motín ha semiparalizado a lo largo del día la vida de una Dacca habitualmente muy congestionada, que aún por la mañana abría sus comercios incluso en el barrio de Pilkhana, donde está el cuartel.

Tanto fuentes gubernamentales como diplomáticas restaron gravedad al motín de los BDR, un cuerpo de casi 70.000 efectivos, dependiente del Ministerio del Interior, que se ocupa fundamentalmente de la vigilancia de fronteras pero también asiste a Ejército y Policía cuando la situación lo requiere. "Esto no es una insurrección, los guardias se sienten agraviados", dijo un funcionario ministerial.

"No parece que el motín haya sido planeado, parece que efectivamente se debe a las condiciones laborales de los BDR y su resentimiento hacia el Ejército", expuso el representante de una misión diplomática occidental que pidió el anonimato. El problema "es que ahora será el Ejército el resentido y esto puede desembocar en una situación muy desagradable", añadió.

Bangladesh, independiente desde 1971, ha vivido la mitad de su existencia en dictadura. Hasina llegó al poder en enero tras dos años de régimen interino tutelado por los militares.

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