El presidente de Siria, Bashar al Asad, confirmó su disposición a detener los combates cuando el próximo sábado entre en vigor un alto el fuego acordado por Estados Unidos y Rusia, informó ayer el Kremlin. En una conversación telefónica con el presidente ruso, Vladimir Putin, el líder sirio calificó los planes de poner en vigor una tregua como un paso importante hacia una solución política del conflicto, que está a punto de cumplir cinco años.

Las partes en conflicto tienen que confirmar como tope mañana a mediodía si aceptan las condiciones establecidas por Washington y Moscú. Damasco ya había aceptado el pasado martes el acuerdo de cese del fuego. Putin y Al Asad subrayaron, sin embargo, que la lucha contra el Estado Islámico y el Frente al Nusra seguirá adelante. Sin entrar en detalles, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo que las posiciones de Rusia y Siria son muy similares pero no idénticas.

Putin también se comunicó con el rey saudí, Salman bin Abdulaziz, quien confirmó que su país apoya el cese del fuego. Salman saludó "los acuerdos logrados".