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Cameron otorgará a la Policía poderes extraordinarios contra el 'yihadismo'

  • Se confiscará el pasaporte a los sospechosos y las aerolíneas colaborarán en su identificación

El primer ministro británico, David Cameron, anunció ayer un endurecimiento de las leyes antiterroristas, que darán poderes temporales a la Policía para confiscar pasaportes a sospechosos de terrorismo, en respuesta al auge yihadista.

En una comparecencia en la Cámara de los Comunes, Cameron detalló una serie de medidas contra "la amenaza" que suponen los yihadistas de origen británico que combaten en Siria e Iraq, medidas que incluyen, entre otras, la posibilidad de que la Policía fronteriza confisque los pasaportes de sospechosos de terrorismo.

Además, las aerolíneas deberán facilitar las listas de sus pasajeros a las autoridades británicas con tiempo suficiente para identificar a posibles extremistas y se intentará que los que hayan viajado al extranjero no vuelvan a entrar al país.

El premier conservador señaló que la amenaza que supone "la barbarie" del grupo radical Estado Islámico (EI) precisa "una firme respuesta" con dos objetivos fundamentales: evitar que los posibles extremistas viajen al extranjero, pero también actuar contra los que se encuentran dentro del país y suponen "un riesgo actual".

Las autoridades tendrán además nuevos poderes para impulsar una serie de medidas preventivas que permitirán restringir la libertad de movimiento, como sucedía en el pasado con las llamadas órdenes de control domiciliario, que someten a toque de queda y estricta vigilancia a presuntos terroristas.

La pasada semana, el Gobierno británico elevó a "grave" -cuarto grado en una escala de cinco- su nivel de alerta por terrorismo ante la evolución de los conflictos en Siria e Iraq, adonde se han desplazado para luchar musulmanes británicos.

Para Cameron, es preciso utilizar todos los enfoques posibles, del diplomático al de seguridad, y actuar "de forma dura e inteligente" ante la amenaza de un grupo que quiere perpetuar un modo de vida "medieval", que "no tiene nada que ver con el islam".

Se calcula que unos 500 musulmanes británicos han viajado a Siria e Iraq para combatir en la ofensiva liderada por los extremistas del EI, según Cameron, quien recordó que ese número es de 400 en Alemania y de unos 700 en Francia. En su comparecencia parlamentaria, el primer ministro señaló que apoyar los valores británicos "no es una opción, sino una responsabilidad" para quienes viven en el Reino Unido, y se mostró convencido de que finalmente se podrá "derrotar al extremismo y garantizar nuestra forma de vida para las próximas generaciones".

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