Las polémicas decisiones de berlusconi

"Esto es como el Chile de Pinochet"

  • Los turistas que visitan los monumentos italianos más representativos se sorprenden ante la presencia de militares armados · Algunos extranjeros creen que se trata de una amenaza terrorista

Los turistas en Italia que visitan los monumentos más representativos no quedan sorprendidos sólo por la belleza de lo que acaban de contemplar, sino también por el despliegue de soldados que a partir de esta semana patrullan fusil en mano y con el equipo completo delante de la catedral de Milán o en la plaza del Plebiscito de Nápoles.

Algunos estadounidenses o ingleses creen que se trata de alguna amenaza terrorista o de una alerta de atentado, pero nada de eso, estos uniformados de botas oscuras y traje de camuflaje están ahí para procurar más seguridad y disuadir a los delincuentes.

"No lo entiendo. En la guía decía que Italia tiene Carabineros ¿Para qué están aquí los soldados?", se preguntaba ayer una turista británica de Nottingham. Ésta es la pregunta que se hacen muchos críticos del paquete de seguridad que acaba de ser aprobado por el Parlamento. Misión Italia u operación Calles Seguras es como se llama a esta acción, en la que durante seis meses 3.000 soldados patrullarán los "lugares sensibles".

Se trata de la "operación de propaganda" según lo califica la oposición de izquierda, mientras que un pensionista en Roma se lamentaba: "¡Esto es como en Chile con Pinochet!".

Tras el primer día de misión hay reacciones de todo tipo. Las más favorables a la presencia de los soldados se escucharon en las estaciones de Metro de la periferia de Roma, donde en los últimos meses se produjeron varias violaciones. "Muchas personas se han detenido y nos han piropeado, algunos incluso nos querían invitar al café", dijo una de las pocas mujeres que participa en esta misión.

Por su parte, algunos de los detractores de las nuevas medidas se congregaron ayer en el Coliseo de Roma con una gran pancarta que rezaba Free Rome (Roma libre) y repartieron octavillas tituladas "Esto no es una democracia".

El descontento con la medida también lo han hecho notar los sindicatos policiales. "Quieren convertir en policías a 3.000 soldados con un cursillo de 15 días, mientras al mismo tiempo se recortan los medios a la Policía", denunciaba un portavoz.

Hay todo tipo de reacciones al nuevo golpe de efecto del Gobierno del primer ministro conservador, Silvio Berlusconi, algunas se muestran comprensivas mientras otras son claramente de rechazo. "Más curiosidad que miedo", titulaba ayer el diaro La Stampa después del primer día de despliegue militar.

Los soldados, sin embargo, recordarán la primera jornada de misión sobre todo por el sofocante calor. Muchos tuvieron que ver cómo los turistas japoneses e insistentes periodistas les fotografiaban aguantando 35 grados y completamente empapados de sudor. "Es un trabajo duro con este sol", comentaba uno de los uniformados.

Pero con el paso de los días la cosa se pondrá más aburrida. Los soldados sólo pueden intervenir si sorprenden al delincuente con las manos en la masa. Entonces se limitarán a preguntar por sus datos de identificación y a registrarle. Para las detenciones y "el trabajo de policía de verdad" los responsables y guardianes de la ley son los carabineros.

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