El Ejército iraquí anunció hoy la detención en Bagdad del máximo dirigente del grupo insurgente 'Ansar al Suna', vinculado a la red terrorista Al Qaeda, acusado de la muerte de decenas de iraquíes.

En una rueda de prensa en Bagdad, el general Qasem Ata, portavoz del centro de operaciones del Ejército iraquí en la capital, explicó que las fuerzas de seguridad arrestaron al supuesto comandante en jefe de esa organización, identificado como Zaer Kazem Abdelsalman al Samerrai.

Ata explicó que la detención ocurrió el pasado 18 de diciembre en el barrio de Yarmuk, en el oeste de la capital.

Según Ata, Al Samerrai reconoció su implicación en varios ataques y afirmó haber facilitado la entrada de insurgentes, provenientes de otros países Iraq.

También, admitió estar vinculado con varios responsables políticos que trataban de socavar la labor del gobierno del primer ministro Nuri al Maliki y sus logros en seguridad.

Ata no reveló los nombres de los políticos que supuestamente colaboraron con Al Samerrai.

Asimismo, Al Samerrai confesó la autoría del asesinato de diecisiete policías en la zona de Miqdadiya, en la provincia oriental de Diyala, a los que su grupo tendió emboscadas mediante la instalación de puestos de control falsos en las carreteras, así como el secuestro de ocho soldados iraquíes.

Creado en septiembre de 2003, el grupo radical 'Ansar al Suna', incluye entre sus filas a kurdos, árabes y combatientes iraquíes, y se le atribuye la responsabilidad de decenas de atentados y de operaciones suicidas contra el Ejército de EEUU y el iraquí.

Por otro lado, fuentes policiales de la ciudad de Mosul, a unos 400 kilómetro al norte de Bagdad, informaron de que al menos tres policías murieron hoy y otros cuatro resultaron heridos en dos explosiones en este municipio.

Las fuentes apuntaron que un grupo de hombres armados atacó un puesto de control en el sur del municipio y mató a tiros a tres agentes apostados en él.

Tras el ataque, los atacantes huyeron, mientras que las fuerzas de seguridad realizaron una redada en varios domicilios cercanos al lugar de la agresión para buscar a los integrantes del grupo armado.

Por otro lado, la explosión de un coche bomba al paso de una patrulla policial en el sur de Mosul dejó tres agentes heridos y ocasionó daños materiales en varios vehículos edificios próximos.