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Las FARC consideran que la misión francesa para atender a los rehenes "no es procedente"

  • Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia rechazan el avión ambulancia enviado por el Gobierno francés para atender a Betancourt y otros rehenes enfermos

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) afirmaron que "no es procedente" la misión médica puesta en marcha por Francia para atender a Íngrid Betancourt y otros enfermos del grupo de rehenes de esa guerrilla.

En un comunicado divulgado hoy por la Agencia Bolivariana de Prensa (ABP), el Secretariado o mando central del grupo rebelde advirtió de que el Gobierno francés lanzó hace siete días esa iniciativa sin concertarla de manera previa con la organización.

La misión, consistente en un avión ambulancia, fue autorizada el 1 de abril por el presidente colombiano, Álvaro Uribe, en una conversación telefónica con su colega francés, Nicolas Sarkozy, ambos preocupados por las noticias sobre el deterioro de la salud de la ex candidata presidencial Betancourt, que también es francesa.

La aeronave llegó a Bogotá un día después y desde entonces permanece estacionada en la base aérea aledaña al aeropuerto internacional de "Eldorado", de donde tenía previsto despegar una vez que los insurgentes dieran una eventual aprobación a la misión.

En la nota, fechada el pasado día 4 en las "Montañas de Colombia", los rebeldes revelaron que la iniciativa de la operación humanitaria francesa había sido abordada ya a mediados de enero pasado con el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). "Por las mismas razones expuestas al CICR el 17 de enero, la misión médica francesa no es procedente y mucho menos cuando no es resultado de la concertación, sino de la mala fe de Uribe ante el Gobierno del Elíseo y una burla desalmada a las expectativas de los familiares de los prisioneros", enfatizó la jefatura rebelde.

Asimismo, advirtió de que en las FARC "no actuamos bajo chantajes ni bajo el impulso de campañas mediáticas". "Si a comienzos de año el presidente Uribe hubiera despejado (desmilitarizado) Pradera y Florida (municipios del suroeste) por 45 días, tanto Íngrid Betancourt como los militares y los guerrilleros presos ya habrían recobrado su libertad, y sería la victoria de todos", aseguró el mando de las FARC.

La organización rebelde aludió a su exigencia de que se establezca un territorio sin tropas, que ratificó el pasado 27 de febrero al poner en libertad a cuatro ex congresistas que tenía secuestrados, en la segunda y última entrega unilateral de rehenes. La primera fue el 10 de enero, cuando los rebeldes liberaron a Clara Rojas, antigua compañera electoral de Betancourt como candidata a la Vicepresidencia, y a la ex legisladora Consuelo González de Perdomo, que también mantenía como rehenes.

Las seis liberaciones fueron un "gesto de generosidad y voluntad política de las FARC, no de debilidad o resultado de una presión", añadió el mando rebelde. Además, continuó, "obedecieron a una decisión soberana de la insurgencia de las FARC estimulada por la persistente labor humanitaria del presidente (venezolano) Hugo Chávez y la senadora (colombiana) Piedad Córdoba".

Ambos ejercieron hasta finales de noviembre como mediadores del acuerdo humanitario con el Gobierno de Uribe al que las FARC supeditan la entrega de sus 40 rehenes a cambio de medio millar de rebeldes presos, entre ellos dos extraditados a Estados Unidos. Desde finales de febrero, "hemos estado a la espera del decreto presidencial ordenando el despeje militar de Pradera y Florida para concretar allí, con la garantía de la presencia guerrillera, el acuerdo de canje humanitario", añadió el mando insurgente.

"Los guerrilleros presos en las cárceles de Colombia y los Estados Unidos son nuestra prioridad", reiteró luego, y se lamentó de que cuando propiciaba "hechos palpables en dirección al canje de prisioneros, el presidente Uribe planificaba y ejecutaba el artero asesinato del comandante 'Raúl Reyes', hiriendo de muerte la esperanza del acuerdo humanitario y de paz".

"Reyes", alias de Luis Édgar Devia, fue abatido el 1 de marzo en un bombardeo colombiano a su campamento en las selvas del norte de Ecuador. Además del portavoz internacional de las FARC y considerado como segundo al mando de la organización, en el ataque militar colombiano murieron otros quince rebeldes, uno de ellos ecuatoriano, y nueve civiles, entre ellos cuatro universitarios mexicanos.

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