El Gobierno indio ha reconocido que se han registrado muertes en el submarino de su Marina donde había 18 personas atrapadas tras la explosión que causó un incendio en el buque, situado en un muelle militar de la ciudad de Bombay.

"Me siento triste por el personal de la Fuerza Naval que ha perdido sus vidas por el país", dijo el ministro indio de Defensa, A.K. Antony, en declaraciones a la prensa fuera del Parlamento nacional en Nueva Delhi justo antes de partir hacia Bombay. Antony no precisó el número de víctimas mortales.

El incidente ocurrió poco después de la medianoche, en el INS Sindhurakshak, un submarino que había terminado de ser renovado tecnológicamente en Rusia tres meses antes con un coste de 80 millones de dólares, según los medios indios. "Una explosión provocó un gran incendio. Los equipos de bomberos actuaron y controlaron el fuego, pero el submarino se sumergió y solo una pequeña porción permanece en la superficie", explicó horas antes un portavoz de la Marina en Bombay, Narendra Visputi.

Según la agencia IANS, buena parte de la tripulación saltó al agua tras la explosión para salvar sus vidas. Las autoridades militares desconocen por el momento las causas del incidente y han creado una comisión de investigación. El siniestro ocurre horas antes de que mañana se celebre el Día de la Independencia en el gigante asiático, una fiesta nacional que este año viene rodeada de alertas de seguridad ante el temor a que se registren atentados terroristas.

El INS Sindhurakshak es uno de los varios submarinos de su clase que la India había comprado a Rusia en el último cuarto del siglo pasado y ya sufrió un incendio en 2010 que causó la muerte de una persona. En 2012 fue enviado a territorio ruso para ser sometido a una completa renovación. Cuando formaba parte de la extinta Unión Soviética, Rusia era el principal suministrador militar del gigante asiático, aunque en los últimos años la India ha diversificado mucho sus proveedores y actualmente tiene en Europa y EEUU grandes socios comerciales.

La explosión es un golpe duro para las Fuerzas Armadas indias, principal importador de armamento del planeta, que están envueltas desde comienzos de siglo en un amplio y costoso proceso de modernización de su arsenal y equipamientos. El país asiático botó de hecho este lunes su primer portaaviones de producción propia, el INS Vikrant, que tiene previsto tener unas 40.000 toneladas de peso cuando se incorpore en 2018 a la Marina.