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Extremo oriente · Los expertos creen imposible calibrar el apoyo real que conserva el partido

¿Larga vida al partido de Mao?

  • Los comunistas chinos celebran el 90 aniversario de la organización política más grande del mundo pero el escepticismo sobre el futuro se instala en la sociedad

"¡Larga vida al grande, glorioso y correcto Partido Comunista de China!", se lee en una pancarta roja colocada en un puente en Pekín. "Esto parece Corea del Norte", afirma un residente al leer el lema, reproducido y coreado innumerables veces a lo largo de décadas por los dirigentes y militantes del partido único chino.

Al celebrar el pasado viernes el 90 aniversario de su fundación, sus 80 millones de afiliados y 75 millones de miembros de la Liga de la Juventud Comunista de China conforman más del 10% de la población del gigante asiático.

"Es demasiado grande", señala Zhang Yong, un miembro del partido de unos 40 años. "Cuando la Nueva China se fundó en 1949, tan sólo había un millón de militantes", indica Zhang, un pseudónimo usado para protegerlo de posibles represalias por sus comentarios más críticos.

Zhang, directivo de una compañía de alta tecnología con sede en la capital china, se unió al partido en 1985. "Pienso que en el momento en que entré en el partido todos éramos muy sinceros", dice a la agencia dpa. Por aquel entonces sentía que la organización realmente cuidaba de mí".

Según Zhang, en los siguientes 25 años el partido atrajo a muchas personas interesadas únicamente en las ventajas que afiliarse podía tener para sus negocios.

El número de núcleos del partido repartidos por todo el país creció de 2,1 millones en 1978 a 3,8 millones a fines de 2009, según estadísticas oficiales. En su día dominado por obreros y agricultores, el partido modificó en 2002 sus constituciones para permitir la incorporación a empresarios y otras "nuevas fuerzas".

El núcleo del partido en Yingli Solar, uno de los principales productores de células fotovoltaicas de China, que cotiza en la Bolsa de Nueva York, está formado por 839 militantes, de una mano de obra total de 12.000 personas, dijo esta semana a la prensa oficial Yang Jianzhong, secretario del partido en la compañía. Yang aseguró haber recibido solicitudes para entrar en el partido de otros 3.000 empleados, mientras que 15 de los más altos directivos de la empresa ya son afiliados.

No obstante, Richard McGregor, autor de un reciente libro sobre el Partido Comunista, estima que "ante la falta de elecciones democráticas y un debate abierto, es imposible juzgar cuál es el apoyo popular al partido con precisión".

Los dirigentes chinos afirman con frecuencia al mundo que el partido goza del apoyo de la "amplia mayoría" del pueblo chino y aseguran que las elecciones democráticas y el debate abierto sí que tienen lugar, por lo menos en el seno de la organización. "La China del mañana será un país que ha logrado plenamente la democracia, el imperio de la ley, la equidad y la justicia", afirmó el primer ministro Wen Jiabao en un discurso en la Royal Society en Londres. Algunos analistas contemplan las declaraciones de Wen como otro signo de esperanza de que el Partido Comunista podría llevar a cabo reformas democráticas que conduzcan a elecciones pluripartidistas.

Pero Wen también dijo que el partido se mantendrá el camino de la "modernización socialista", un periodo que -según afirmó en el pasado- podría durar unos 100 años y continuar impulsando el desarrollo económico con reformas democráticas mínimas.

La visión partidista de una "democracia socialista" implica una forma más abierta de gobernar y una competición menor en las elecciones a cargos del partido. Wen mencionó su participación en foros virtuales en internet de preguntas y respuestas como un ejemplo del desarrollo democrático de China.

Pero esos pequeños cambios no son suficientes para satisfacer a algunos miembros del partido, mientras que otros piensan que el partido ya se ha separado demasiado de sus raíces plantadas en el marxismo y el maoísmo.

En la antesala del 90 aniversario, muchos núcleos del partido han celebrado actos públicos en los que se han cantado canciones políticas muy populares durante los "diez años perdidos" la Revolución Cultural de 1966-1976, cuando China estaba dominada por el fundamentalismo comunista y el culto a la personalidad.

Wang Xiaohui, subdirector del departamento de propaganda del partido, rechaza que el movimiento de la "canción roja" sea una fuerza política en lugar de una actividad cultural nostálgica. "Hoy por hoy tenemos una cultura muy rica y diversa. A unos les gustan las canciones rojas, a otros el pop, y todavía hay otros a los que les gusta el rock and roll", indicó.

Sin embargo, ensayos recientes de intelectuales y foros digitales muy visitados en internet se han pronunciado a favor de que el partido regrese a sus raíces maoístas, algo que algunos temen pueda constituir un reto "izquierdista" para los líderes del partido.

"Nuestro país afronta muchos problemas. El Estado es muy poderosos, pero la gente es pobre", afirmó Zhang. "En 1949, el pueblo eligió al Partido Comunista de China, pero ¿cómo será la situación en 2029? ¿Es legal que la decisión de la gente por aquel entonces siga siendo válida 100 años después?".

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